La guerra de cifras hace prácticamente imposible calcular el cómputo global de asistentes a todas las manifestaciones que se celebraron ayer. Fue en las dos marchas más multitudinarias, las de Madrid y Barcelona, donde esta distorsión de cifras se hizo más evidente. En la capital catalana, los sindicatos UGT y CCOO afirmaron que habían participado aproximadamente unas 400.000 personas, mientras que la Guardia Urbana aportó la cifra de 30.000 personas, 13 veces menos que lo dicho por los organizadores.

En Madrid, la disparidad también era notable: frente a los 500.000 asistentes que dijeron los convocantes, la policía aseguró fueron alrededor de 50.000 personas. Allí donde ambas partes dieron datos (no ocurrió en todas las ciudades) se repitió la misma constante.