La solicitud de Carmen fue una de las que volvieron a ser desestimadas por parte del Departamento de Educación. En su caso, había pedido ayuda para dos de sus tres hijos --de 17, 14 y 3 años--. En concreto, para los dos de menor edad. De libros para el mediano y de comedor para el más pequeño. Sin embargo, la Administración ha rechazado su instancia "pero no sé por qué", asegura.

De hecho, esta mujer, sola desde que, hace casi dos años, su marido la abandonó, asegura haber cumplido con todo lo que le pidieron. "Me dijeron que faltaban papeles y yo hice todo lo que me aconsejaron y me indicaron, pero se ve que no ha sido suficiente".

Y el varapalo es considerable. En paro desde hace tres meses, Carmen no acaba de entender los requisitos impuestos por el departamento para el acceso a una ayuda. "Mi situación no es la misma ahora que hace un año o dos y, por fortuna, ahora estoy percibiendo la prestación pero no recibo ningún otro tipo de ayuda".

De hecho, Carmen, que procede de Ecuador, se congratula de que, al menos, "ahora cobro algo de dinero porque, el año pasado, trabajé un año en una empresa que quebró y no cobré durante muchos meses".

Así, la negativa de Educación le obliga a hacer frente a una compleja situación, aunquqe Carmen reconoce que "no sé cómo voy a pagar todo lo que se me viene encima porque estoy viviendo en un piso de alquiler y, además, no tengo más familia a la que acudir". Por eso, asume que "tendré que pedir ayuda a alguien que pueda echarme una mano".

De momento, ya tiene claro que la niña comerá con ella en su casa. "Dónde la voy a dejar", cuestiona aunque augura más problemas con los libros de texto de su hijo mediano. "Desde luego, si me tengo que quitar de comer yo para que ellos sigan estudiando, lo haré sin ninguna duda", asegura.

A expensas de presentar un nuevo recurso, Carmen considera "injusto" un sistema de asignación de becas que, en su opinión, "no ayuda a los que más lo necesitan a pesar de que desde el Departamento de Educación aseguran que es así, pero no es cierto porque yo cuando necesito realmente la ayuda es ahora y no la tengo".

De momento, solo le queda la resignación, aunque Carmen advierte de que "seguirá peleando si es que aún se puede hacer algo. Lo que me ha pasado a mí también lo ha sufrido mucha gente y no es justo".