La localidad minera de Alacón, en Teruel, fue la primera en sufrir el paso de las tormentas que han castigado Aragón al principio de este mes de octubre. Los campos que rodean a la localidad se vieron afectados, principalmente los olivares, pero la peor parte se la llevaron las viviendas y propiedades municipales. "No hay casa que no presente daños, todas están afectadas en mayor o menor grado", señaló ayer el alcalde, Ismael Alquézar. Las cubiertas de teja plana de hormigón, por ejemplo, han aguantado mejor que las de la típica teja árabe, según la primera evaluación. "Algunas casas están aseguradas, pero la mayoría carecen de seguro", añadió. Y ahora, todos los propietarios están elaborando partes en los que se recogen los destrozos registrados en sus campos, naves y viviendas. Estos documentos se remitirán a los organismos competentes, como Vivienda de la DGA y la Oficina Comarcal Agroambiental de Alcañiz. "Lo ideal sería que las instituciones dieran ayudas, pero es difícil", afirmó Alquézar.