La Unión de Guardias Civiles recordó ayer, al hilo del suceso de Ejea, su protesta por la "increíble y poco esperada respuesta de la Dirección General de la Guardia Civil" a su petición de chalecos antibalas para los agentes. Fuentes de la asociación pusieron como ejemplo al compañero herido anteayer por los disparos del hombre abatido en Ejea, al que el chaleco salvó de lesiones graves o incluso mortales. Según expuso la unión, la respuesta de la dirección general a su solicitud fue que "los chalecos antibala de la Guardia Civil se encuentran distribuidos entre todas las unidades con criterio según el potencial de servicio". Algo que para la unión supone "ignorar a los agentes" y valorar únicamente el mucho o poco trabajo de su unidad. "El peligro puede surgir en cualquier servicio, como se vio en Ejea", apuntó la asociación.