El incendio declarado anteayer en la sierra de Luna, en las altas Cinco Villas, lleva camino de convertirse en uno de los más dañinos de la historia de Aragón con unas 18.000 hectáreas quemadas, según datos de los Agentes de Protección a la Naturaleza (APN). Igualaría en esta estadística histórica, el declarado en 1994 en el Maestrazgo aragonés con 18.072 hectáreas.

El descenso en la intensidad del viento y el hecho de que el frente del incendio se fraccionara en distintos focos, facilitaron la labor de la gran cantidad de medios desplegados en la zona para intentar controlar las llamas que pusieron en alerta durante la primera jornada a unos 1.500 vecinos que tuvieron que ser desalojados. La DGA espera que el martes pueda darse por estabilizado, si los condicionantes climáticos no empeoran.

Según el consejero en funciones de Medio Ambiente, Modesto Lobón, el foco oriental del norte está "prácticamente controlado" y estabilizado el sur, mientras sigue la preocupación por la zona más occidental hacia Uncastillo.

La mejora de la situación permitió que ayer pudieran volver a sus hogares los habitantes de Biota, de la pedanía de Malpica de Arba y los de Farasdués. Al término de la edición de este diario, los vecinos de Asín y Orés todavía no habían regresado, ya que están situados en la zona más activa de este incendio forestal.

No obstante, Uncastillo también vivió con preocupación este segundo día, ya que el humo había había envuelto sus casas, ayudado por el bochorno o viento de Levante que no solo sirvió de acelerante para el fuego, sino que hizo que hasta la tarde se mantuviera el peligro. Por ello, muchos decidieron sacar la maquinaria de labranza y crear cortafuegos por si la situación se complicaba.

Por el momento, del total de hectáreas calcinadas, unas 8.000 corresponden a campos de cultivo, principalmente cereal. La masa forestal afectada es, en su mayor parte, pino carrasco.

Unas 500 personas trabajaron desde las primeras horas de la mañana en las tareas de extinción. Destaca, especialmente, la presencia de 26 medios aéreos entre helicópteros y aviones anfibios. Fundamentales, debido a que la mala orografía del terreno impide a las cuadrillas acceder a algunas zonas.

Muestra de la importancia de estos medios es que, entre las naves que participan, hay cuatro aviones anfibios de 5.500 litros de descarga, dos aviones de carga en tierra de 3.100 litros, dos helicópteros Kamov de 4.500 litros y tres helicópteros con helibaldes de 1.500 litros. Todos ellos pertenecientes al Ministerio de Medio Ambiente.

A la llamada de auxilio del Gobierno de Aragón también respondieron de forma favorable las comunidades de Cataluña, Valencia y Navarra.

El Ejecutivo autonómico también trabaja en la zona con cinco cuadrillas helitransportadas de Bailo, Boltaña, Ejea, Calamocha y Brea; otras cuadrillas terrestres; cuatro autobombas. En apoyo a los mismos también estuvieron los bomberos de Ejea, las BRIFs de Daroca y Lubia (Soria) y los pertenecientes a la Diputación de Zaragoza (DPZ).

La UME es la que más medios ha desplegado con 341 militares, 96 vehículos, entre ellos una veintena de autobombas, y seis vehículos nodriza, además de cuatro hidroaviones y tres helicópteros. Las labores se están organizando desde el Centro de Coordinación Operativo de Emergencias, presidida por el consejero popular en funciones de Política Territorial, Antonio Suárez, y del consejero socialista entrante de Presidencia, Vicente Guillén que se estrenó así en el puesto.