El comienzo de las vacaciones de agosto para miles de aragoneses se dejó notar ayer en las estaciones de autobuses y trenes de la comunidad, pero no tanto en las carretreras. Con la sola excepción de la A-23, por una avería en el túnel de Nueno, ni siquiera registraron retenciones de importancia. De hecho el peor accidente que registró Aragón ayer, con un herido grave, ocurrió 10 minutos antes de que comenzase oficialmente la operación de tráfico del 1 de agosto.

Concretamente, según fuentes de Tráfico, ocurrió a las 14.50 horas en la A-127, en la localidad oscense de Alcalá del Obispo. Dos turismos sufrieron una colisión frontolateral al no respetar uno de ellos la prioridad de paso, y uno de los conductores, de 48 años, resultó herido grave y fue trasladado a un centro hospitalario.

Pero por volumen de implicados, lo más destacable de la jornada en cuanto al tráfico fue sin duda el atasco de la A-23, en el túnel de Nueno. Al parecer por el calor, las averías de vehículos en la zona fueron repitiéndose por la tarde, pero uno de ellos quedó parado en mitad del túnel.

Este, desde el desprendimiento de hace unos meses, cuenta con un solo carril, con lo que la circulación en ambos sentidos quedó bloqueada. La avería tuvo lugar a las 19.45 horas, según fuentes de Tráfico, y aunque a las 20.10 horas ya estaba retirado, las retenciones se mantenían en dirección a Jaca más de una hora después, alcanzando los tres kilómetros.

También destacaron ayer, según fuentes consultadas, varios atropellos de animales desorientados por el calor, todos ellos en Huesca. Ninguno fue grave para los conductores, pero uno sí resultó llamativo porque se trataba de un buitre, desorientado hasta el punto de ser arrollado en la carretera.

Salvo estos incidentes, el inicio del mes vacacional por antonomasia en Aragón transcurrió tranquilo en las carreteras y en el resto de transportes que atraviesan la comunidad, sin que se repitieran los incendios que han afectado al tráfico ferroviario en los últimos días en el Bajo Cinca y en Alagón.