El consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, intervino ayer por última vez en la comisión parlamentaria que control la gestión de su área. Cerró cuatro años en los que ha hablado más del Plan Red, que de sus proyectos. Lo hizo sin autocrítica, e incluso sacando pecho de su plan de carreteras, cuya ejecución, situó por encima del 98% en su primera fase.

Alarcón detalló las inversiones que se han hecho en los últimos años gracias al plan de carreteras ideado por su departamento como sustituto del odiado Plan Red. En el 2013 se ejecutaron 84,27 millones; en el 2014 79,56 y en el 2015 88,20. Aunque el grueso de esta primera fase del proyecto vendrá en el 2016, cuando se tendrán que gastar 348,48 millones. De ellos están ya comprometidos 291, dijo el consejero. Es decir, que el grueso del montante económico el PP lo ha dejado para el próximo Gobierno.

Alarcón que presumió de plan, pese a que Aragón es una de las comunidades autónomas en las que menos se invierte en conservación de carreteras, se tuvo que oír las duras críticas de la oposición. Sobre todo las del PSOE, cuyo portavoz, José Ramón Ibáñez, que le dijo que no pasará a la historia por su gestión. "La obra pública no ha sido su prioridad; se ha dedicado a rebuscar y rebuscar --en referencia al caso Plaza-- y se ha olvidado de ejecutar", lamentó. Le recordó que es aquí donde más ha caído la inversión de toda España y que las carreteras aragonesas están en una situación "desastrosa". "Si no ha gastado más es porque no ha querido".

Miguel Aso (IU) lamentó que Alarcón haya dedicado "mucho tiempo a planificar y poco a ejecutar". Gregorio Briz (CHA) aseguró que el plan de carreteras del consejero, que se alarga hasta el 2026 y que prevé invertir 1.535 millones, "ha sido un verdadero fracaso. No se ha hecho todo lo que se debería y las carreteras aragonesas son las peor conservadas de España", dijo.

Alarcón no aceptó ninguna crítica. Volvió a insistir en las bondades de su plan, que contrapuso al Red, que ya es historia.