La Policía, y en concreto el Sindicato Unificado de Policía (SUP), ha alertado de una estafa que aún no parece haber llegado a Aragón, pero de la que ya se tienen noticias en otras provincias españolas. Se trata de secuestros exprés simulados que aprovechan el temor de la familia al no poder contactar con la supuesta víctima --que está con el móvil desconectado en la sala de cine-- para conseguir el dinero.

Según explican desde el SUP, los estafadores simulan estar realizando encuestas en la puerta de las salas de exhibición sobre determinadas películas o hábitos de acudir al cine. Incluso ofrecen participar en el sorteo de un premio a los que la cumplimenten. Con este procedimiento consiguen datos claves, particularmente la dirección, el teléfono fijo y el móvil. Pero, además, se ganan a los encuestados y les sonsacan algún detalle personal, como sus acompañantes, o si tienen perro, por ejemplo. Por último, les recuerdan a los encuestados que deben apagar el teléfono móvil para no molestar a los demás durante la proyección.

INFORMACIÓN Con esta remesa de datos en su poder, los estafadores llaman al teléfono de casa y aseguran a los familiares --normalmente los padres-- que tienen secuestrado al que ha realizado la encuesta, utilizando detalles como la ropa que llevaba al salir de casa o lo que le hayan podido sonsacar. Les indican que lo llamen al móvil si quieren comprobarlo, y al estar apagado, vuelven a llamar los supuestos secuestradores y quedan con la familia en un breve lapso de tiempo. Normalmente incluso se han acercado al domicilio, ya que tienen la dirección, para formalizar la entrega del dinero rápidamente antes de que los asustados familiares tengan tiempo de pensar.

Por una cantidad relativamente pequeña, que pueda ser sacada al momento en un cajero, como 500 euros. Cuando los supuestos secuestradores se van, la familia descubre que la víctima estaba en realidad en el cine.

Ante este tipo de estafas, la Policía insiste en la necesidad de preservar los datos personales en este tipo de encuestas en la calle, particularmente entre los jóvenes, al parecer más propensos a ofrecer información confidencial a desconocidos.