Las Unidades de Prevención y Reacción de la Policía Nacional en Zaragoza ya han dicho basta a la falta de medios, después de que cinco miembros resultaran heridos durante unos incidentes con miembros de extrema izquierda durante un concierto organizado por un grupo de ideología rival en el barrio de Las Fuentes. Han exigido al delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, que les proteja para evitar desgracias.

A través de una comunicación a la que ha tenido acceso este diario, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) solicita una actualización de los cascos de protección de personal. Señalan que los que actualmente utilizan datan de los años 90 y, por tanto, "la caducidad de los mismos y el grado de protección personal es insuficiente".

Otro de los problemas de estos cascos es, según apuntan, que las viseras se hallan en su mayoría rayadas "no cumpliendo con los estándares mínimos de seguridad".

De hecho, uno de los agentes perdió una pieza dental cuando, supuestamente, fue acorralado por varios participantes en esta batalla campal y le propinaron patadas en la cara. El casco falló en su principal función.

Pero no solo este hombre resultó lesionado, sino también otros cuatro compañeros más. Y es que la violencia empleada por un grupo de 150 personas, según dijo en su día la Policía, fue más que evidente con el uso de piedras, adoquines y hasta patatas con clavos.

Ante ello desde el SUP también piden chalecos antitrauma de protección personal. Apuntan que "falta una treintena de chalecos para que todos puedan portar uno individualizado".

Según estas mismas fuentes, en la capital aragonesa hay 60 miembros pertenecientes a la UPR que tienen que intercambiarse esta indumentaria, teniendo en cuenta que cada agente tiene una talla diferente.

Aunque pueda parecer increíble, estos agentes, encargados de velar por la seguridad en altercados graves, no cuentan con ropa ignífuga que evite que el uso de cócteles molotov por parte de los delincuentes pueda causarles quemaduras.

La UPR no es la única que sufre esta falta de inversión en medios. Cuando ocurrió el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) alertaron que los chalecos que ellos utilizan no protegen ante las balas de los yihadistas. De los doce efectivos destacados en Zaragoza, tan solo dos cuentan con un casco con visera que les protege de golpes o de las balas.