Cecilio Giménez Giménez, el vecino de Épila arrestado el pasado viernes por el asesinato de Francisco Javier Martínez, se entregó voluntariamente a la Guardia Civil. Permanece en la cárcel de Zuera desde el domingo.

Así lo señalan los propios investigadores en su atestado, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, y en el que se señala que, tras el crimen y ante la infructuosa localización del sospechoso, la Benemérita decidió entrevistarse con unos familiares para que este se personara esa misma tarde en el cuartel de Épila (Zaragoza). Cumplió, aunque durante las tres horas que permaneció en libertad pudo eliminar algunas pruebas. De hecho, el arma homicida sigue sin hallarse.

Los agentes encargados de estas pesquisas destacan que rápidamente supieron quién era el autor por los cuatro testigos que señalaron sin ningún género de dudas a Cecilio Giménez Giménez, al que se conoce en esta localidad como «La Carmen» o «El Chupete». Todos ellos coincidieron en que el detenido se encontraba «bastante alterado» y que tuvo un tono amenazante durante una discusión que mantuvo con la hermana del fallecido y a la que solicitó que este se personara para poder hablar con los dos. Ante ella primero, y luego también ante Francisco Javier Martínez, reclamó la cantidad de 6.000 euros por una obra que había realizado en el patio de luces de la cueva que le había vendido la víctima. «Espero hasta que llegue, hoy se solucionará todo», afirmó «La Carmen», según la hermana.

Entonces, señalan los agentes, cuando el fallecido iba a marcharse del domicilio. situado en la calle doctor Loriente, y también el arrestado, este último sacó un arma corta y realizó dos disparos, uno de ellos dirigido a Francisco Javier Martínez. La Guardia Civil resalta que el encausado accedió al registro voluntario de la vivienda, si bien reconoce que «no se encuentran muestras ni indicios para el esclarecimiento de los hechos». A pesar de ello, los investigadores toman en valor la declaración de los testigos y afirman que «el detenido se personó en busca del finado portando un arma, lo que refuerza aún más, al parecer, la intencionalidad de la acción».

VERSIÓN DIFERENTE / Cecilio Giménez Giménez no quiso declarar ante el instituto armado, si bien en el Juzgado de Instrucción número 2 de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza) sí accedió. Ante la jueza María Teresa Puchol y su abogado defensor, Javier Elía, señaló que no era el autor.

Aunque fue por su propio pie a las dependencias de la Benemérita, en su declaración judicial aseguró que le habían arrestado en su casa «de la que no había salido para nada». «Solo salgo para ir muy despacio a la panadería que tiene cerca, es el único sitio al que voy», apuntó.

También negó tener una pistola y para refutar la idea inicial con la que se presentó de que sufre alucinaciones, quiso dejar constancia de que «desde que tenía ocho meses, la CIA le tiene el cerebro controlado, que le llevan a hacer lo que quiere y que luego le lavan el cerebro». «No son trigo limpio, hay mucha mala gente», apostilló.

El Pleno del Ayuntamiento de Épila decidió ayer personarse en este asunto como acusación popular que, en palabras del alcalde, Jesús Bazán, «ha desestabilizado» al municipio. que lo ha llenado de «rabia contenida». De hecho una concejala del PP, María Pilar Echevarría, decidió abandonar la plataforma Imagina Épila por entender que este proyecto sobre convivencia «solo es un lavado de imagen».