El celo de algunas comunidades de vecinos a la hora de proteger sus bienes está dando lugar a unas prácticas que, según advierten algunos bomberos de Zaragoza, pueden poner en serio peligro sus vidas. Se trata, en concreto, de la colocación de cerraduras en las puertas de acceso de los garajes; pero no desde fuera --cosa habitual e incluso recomendable-- sino desde el garaje al bloque. Esto no solo infringe una ordenanza, que puede acarrear multas de hasta 60.000 euros, sino que pone vidas en peligro, de vecinos y bomberos, en caso de incendio.

Así lo explicaba recientemente un profesional del Cuerpo en Zaragoza, David Galve, a través de su blog --bzgz.blogspot.com--, aunque según cuenta el tema es bastante comentado entre los compañeros. Ante el aumento de los robos en trasteros y garajes, los zaragozanos optan por poner todos los medios a su alcance para obstaculizar la huída de los cacos, pero en su empeño se ponen en peligro a ellos mismos.

"Los incendios en garajes son relativamente frecuentes", explica Galve, "y uno no se puede hacer a la idea de lo rápido que se propaga el humo. Nosotros mismos, cuando entramos, no vemos nada, y cuando se disipa te asombras de las vueltas que has dado para llegar al fuego", explica.

Pues bien, según el ejemplo que ofrece, ante un fuego repentino en el coche, los vecinos no deberían encontrar ningún obstáculo para salir al exterior. "Si uno sale corriendo del coche por el fuego, dejándose las llaves dentro, y lo descubre al llegar a la puerta, pude sufrir un desvanecimiento por el humo antes de poder volver a por ellas. O si van varios familiares, y con el humo se separan... solo uno puede llevar las llaves", explica.

Con los profesionales pasa lo mismo, ya que a menudo tienen que aprovechar hasta la última bocanada de aire comprimido mientras están extinguiendo las llamas, y toparse con una puerta cerrada podría ser fatal. "Este caso en concreto no me ha pasado, pero tener que sacar a compañeros que se han quedado sin aire, varias veces", explica.

PUERTAS Las cerraduras prohibidas suelen estar colocadas en pisos de reciente construcción, pese a que la normativa lo prohibe. "En pisos antiguos te puedes encontrar alguna, pero como tienen que adaptarse solo a la norma de cuando se construyeron, no habría infracción si no la han colocado a posteriori", explica.

Lo que es más corriente, y también constituye una infracción, es mantener las puertas de contención de los rellanos --las que separan el vestíbulo de la escalera. Según explican fuentes del cuerpo, estas puertas "tienen precisamente el objetivo de estar cerradas --de hecho, llevan bisagras de guillotina para forzar esta posición--, pero la gente coloca cuñas para mantenerlas abiertas".

Esta práctica, que muchos vecinos mantienen por comodidad --para no tener que abrirla cada vez si bajan por la escalera, por ejemplo--, supone también un riesgo en caso de incendio. "La caja de la escalera, en caso de incendio en una planta baja, se llena rápidamente de humo, y estas puertas están precisamente para contenerlo", advierten.

Puestos a completar la lista de malas prácticas vecinales, Galve apunta un pequeño detalle --esta vez no penalizado-- que "no cuesta nada y ahorraría mucho tiempo". Se trataría de indicar en cada columna seca a qué parte del edificio pertenece. "Muchas veces hay varias juntas, y en ocasiones cruzadas, y perdemos tiempo comprobando a dónde va el agua en cada una", concluye Galve.