En uno de los recientes debates de Aragón TV, Puntos de vista, coordinado por Fernando Ruiz, surgió el tema de la compatibilidad o incompatibilidad entre el cargo de secretario general de un partido y el de la presidencia de una comunidad autónoma. Un asunto sobre el que vale la pena reflexionar.

En dicho programa, el debate surgió a propósito de las próximas primarias del PSOE aragonés, en las que se enfrentarán Javier Lambán, actual secretario general, y Carmen Dueso.

Caso de vencer esta última, Lambán quedaría debilitado en su partido, pero no necesariamente en el Gobierno autónomo, donde alcanza el ecuador de su legislatura con un balance interesante y problemas de maniobrabilidad política debido a su frágil alianza con Podemos.

Sus compañeros le votarán, o no, no tanto por su gestión autonómica al frente de la Diputación General como por los particulares criterios que sobre el futuro de su partido albergue cada militante.

En el plano teórico, no hay nada que prohiba la bicefalia partido--gobierno. Existen precedentes como para tener en cuenta esta posibilidad. El PNV la vivió con Arzalluz al frente del partido, siendo lendakari Ardanza; y el Partido Aragonés, por poner un ejemplo más próximo, la experimentó asimismo siendo presidente del partido José María Mur y del gobierno autónomo Emilio Eiroa. En ninguno de los dos casos hubo colisiones memorables, y sí un presente compartido, un emparejamento fiel, un aparentemente fluido discurrir de sinergias y complicidades.

Cierto es, sin embargo, que, por abrumadora mayoría, han sido los secretarios generales o presidentes de los partidos quienes han ocupado las poltronas autonómicas. Con el tiempo, esa práctica se ha venido estableciendo de manera consuetudinaria, casi automática, eludiéndose a menudo el debate de candidaturas, al haber sido excepcionales los procesos de primarias en el seno de los grandes partidos.

Del PSOE-Aragón dependerá que su cabeza de cartel electoral siga protagonizando el póster o deba someterse al escrutinio crítico de una nueva corriente, la conectada a Pedro Sánchez. Si las posturas se enconan, si hay campaña parda, si hay guerra, más de uno/a puede perder metafóricamente la cabeza.

Los socialistas llevan un año en primarias. A ver cuándo pasan de curso.