El coordinador federal de IU, Cayo Lara, participó en el foro de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA). En un intervención eminentemente económica, trazó algunas de las claves de su programa para afrontar, y salir, de la crisis. Se mostró partidario de la convergencia de la izquierda; dijo no temer que las siglas de su partido se diluyan y lanzó un mensaje a Podemos: "Nuestro proyecto es para gobernar, no prometemos milongas como una renta básica que no se puede pagar".

Lara afrontó con ironía el futuro más inmediato de su partido, cuya supervivencia muchos consideran amenazada por la pujanza de Podemos. "Nosotros estamos hundidos desde el principio de los tiempos; nos llegaron a llamar Izquierda Hundida", bromeó. Rechazó que IU haya vendido "barata" su marca al coaligarse con otras fuerzas políticas para conformar coaliciones electorales. "No hay renuncias, sino convergencia, y no nos sentimos diluidos; no habrá un cambio serio sin una fuerza de izquierdas organizada", dijo.

El coordinador de IU apoyaba de esta forma las coaliciones, que en Aragón su partido ha suscrito con ocho fuerzas en el caso del Ayuntamiento de Zaragoza, y que también podría fraguarse, con Equo y Puyalón, para las autonómicas. En una mesa moderada por el director de Heraldo de Aragón, Mikel Iturbe, y en la que también intervino el presidente de ADEA, Salvador Arenere, dejó caer también algunas críticas sobre Podemos. "No nos van a absorber --dijo en referencia al partido liderado por Pablo Iglesias--. No son de izquierdas ni de derechas, surgen de la indignación. Pero con la indignación hay que tener cuidado porque luego se debe convertir en política y en gobiernos. Gobernar es decidir y mojarse, no vender humo ni hacer demagogia".

Aunque Lara se centró sobre todo en desgranar el programa económico de su partido, que situó en las antípodas del del PP. Hizo un repaso de la historia reciente de España desde el origen de la crisis, que situó en la burbuja inmobiliaria. El líder de IU lamentó que durante los últimos años se haya "precarizado" el empleo y que se haya extendido la figura del "trabajador pobre con contrato". Apostó por elevar el salario mínimo interprofesional, y se comprometió a dejarlo en 1.100 euros en cuatro años si su partido gobierna.

Incidió en la necesidad de poner en marcha un plan de rehabilitación de vivienda, que permita aflorar el trabajo en negro que existe en el país. Destacó la necesidad de crear una banca pública y aunque dijo ser partidaria de un renta básica, admitió que era un tema que no le obsesiona, en referencia a Podemos. El coordinador de IU anunció también que si llegan al Gobierno central derogarán leyes como la reforma laboral, la llamada mordaza y la LOMCE.