La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) presentó ayer ante el Consejo del Agua de la demarcación, el borrador del nuevo Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía de la cuenca. Este documento mejora el documento anterior ya que incluye unos índices más robustos, adaptados a cada zona y considerando sus condiciones de escasez. El borrador de los nuevos planes de sequía --que saldrá próximamente a información pública por un plazo de tres meses-- nace de la revisión del anterior, vigente desde el 2007, incluido en la Ley del Plan Hidrológico Nacional, como elemento para la prevención y el seguimiento de las sequías.

El presidente del Organismo de cuenca, Raimundo Lafuente, destacó que el plan del 2007 ha sido fundamental para afrontar la gestión en los últimos años y sobre todo, en este difícil año hidrológico en el que se ha registrado un importante déficit de pluviometría. Los planes de sequía, que permiten la detección temprana y el seguimiento de estas situaciones, se sustentan en dos pilares: una batería de indicadores que califican la gravedad de la situación por cada zona, y un conjunto de medidas que se aplicarán según el nivel definido por estos indicadores.

En el borrador se distingue entre sequía prolongada y escasez para cuya descripción se emplean índices diferentes. La sequía prolongada se vincula a la Directiva Marco del Agua y las condiciones que establece para admitir deterioro temporal de las masas de agua por esta causa. Refleja la sequía natural y los índices están basados en aportaciones y precipitaciones (equivale de algún modo a los no regulados del plan del 2007). Los escenarios son: sequía o no sequía.

La escasez aparece vinculada a la falta de capacidad coyuntural de atender las demandas. Los índices están basados principalmente en reservas embalsadas, pero también se utiliza según los casos nieve, niveles piezométricos, aportaciones, precipitaciones. Los escenarios son los clásicos: normalidad, prealerta, alerta, emergencia

RESERVA NIVAL

Además, el volumen acumulado en forma de nieve se integra de manera más efectiva en los índices de escasez; se mejora la recopilación de sequías históricas y se incorpora información sobre los impactos socioeconómicos de las sequías. Asimismo, se revisa y mejora la descripción de las medidas a aplicar en cada uno de los escenarios. Todo ello permitirá contar con índices de sequía más robustos, adaptados a cada zona y sus condiciones de escasez, pero también comparables entre sí.

Esos índices se mejoran también incorporando los cambios producidos por nuevas infraestructuras cruciales emprendidas últimamente en la cuenca del Ebro que en este año hidrológico han demostrado su papel para evitar la escasez como el embalse de San Salvador, en el canal de Aragón y Cataluña, el embalse de Itoiz (Navarra) y su aportación al eje del Ebro, La Loteta (Zaragoza) y sus aportaciones al canal Imperial y Lechago (Teruel).