La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a 18 años de prisión a Ikram Benhadi, la joven marroquí que fue juzgada la semana pasada por acabar con la vida de dos de sus hijas e intentarlo con una tercera.

Según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, el tribunal provincial solo la condena por el asesinato de Marwa, pero la absuelve por la muerte de Sara y la tentativa de Riham. En un primer momento se enfrentaba a 55 años de prisión. No obstante, sus abogados, Pedro Pascual y Eladio Mateo, no comparten la sentencia y ya han anunciado que recurrirán.

La joven se declaró inocentes, llegando a afirmar: "Quiero a mis hijas, aguanté nueve meses con desmayos, vómitos y con sangrados, por lo que no puedo hacer eso. Es una barbaridad".

La autopsia de una de las menores, que contaba con tres meses cuando falleció, señaló que Marwa murió de un shock asfíctico debido a una asfixia mecánica por sofocación. Una situación que los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) compararon con el fallecimiento de Sara, la primera bebé, aunque no pudieron practicarle la autopsia al llevar tres años muerta. Según sus expedientes clínicos ambas sufrieron lo mismo.

En el trasfondo de estas muertes estaba un rito bereber, según la investigación realizada por el Grupo de Homicidios, tal y como publicó en su día este diario. Al parecer, la familia señaló a una mediadora cultural que un Djinn (genio) vivía en la casa y que había que evitar que entrase en las niñas. Por ello, les cerraban los labios constantemente, lo que provocó un debilitamiento pulmonar.