Una pieza fundamental del proyecto es la fórmula de apadrinamiento, por la que toda persona que lo desee puede salvar un olivo mediante una contribución anual de 50 euros. Esta suma permite permite costear un ejemplar elegido por ellos, hacer seguimiento de su evolución, darle un nombre, visitarlo y recibir dos litros de aceite de los árboles recuperados. Hojiblanca, una empresa que comercializa aceite de oliva virgen extra, es una decisiva impulsora de la experiencia. Apadrina durante un año un centenar de olivos centenarios y ahora acaba de lanzar una campaña en la que sorteará los árboles en proceso de rescate entre los compradores de las botellas de su marca, con una tirada de medio millón de unidades. Los ganadores, que podrán visitar el olivo elegido, tienen la posibilidad de seguir por internet y mediante fotos la evolución del ejemplar en cuestión, al que se otorga un código que lo distingue de todos los demás y recoge sus características específicas. Desde que empezó la experiencia, alrededor de 800 personas han ido a visitar los olivos que apadrinan, ya que pronto se crea un vínculo afectivo entre el benefactor y el árbol. A la larga, este ir y venir de padrinos y madrinas puede ser la base del despegue turístico del entorno de Oliete y de la sierra de Arcos.