Un total de 402 vehículos han sido multados por exceso de velocidad en las calles de Zaragoza dentro de la campaña llevada a cabo por la Policía Local en la trama urbana durante la pasada semana (se desarrolló del 22 al 28 de agosto), en la que se realizaron 15.765 controles. En total, se ha denunciado a un 2,55% del total de vehículos controlados en esta campaña, el principal factor de riesgo en los atropellos que se producen en las vías urbanas.

Con la iniciativa, que ha puesto en marcha la Dirección General de Tráfico (DGT) en todo el país, se pretende visibilizar el problema y concienciar a los conductores para que no bajen la guardia en el respeto a los límites de velocidad.

Además, en esta misma línea de actuación, la Policía Local de Zaragoza no solo se adhiere a las distintas campañas de control que promueve y realiza la DGT, sino que interviene de manera sistemática y permanente en el control de la velocidad de los vehículos que circulan por las vías urbanas, tanto con la red de radares fijos instalados en distintos puntos de la capital aragonesa, como con los vehículos policiales con radar móvil que llevan a cabo los controles en distintos puntos y de manera aleatoria.

Aunque en los últimos años se ha producido un descenso en el número de conductores denunciados por exceso de velocidad, la policía local asegura que hay que dejar de insistir y hacer un mayor esfuerzo en el control y vigilancia en este tema, tanto por el importante impacto que tiene en el medio ambiente, en el consumo de combustible, como en la calidad de vida de las zonas urbanas, poniendo en peligro la seguridad de los peatones y ciclistas.

La DGT informa de que llevar una velocidad adecuada podría evitar prácticamente una cuarta parte de los fallecimientos en accidentes de tráfico, ya que en el 22% de los casos de accidentes mortales en carretera se detectó la velocidad como factor concurrente. Este riesgo se incrementa significativamente en las fechas estivales, en especial por la tendencia a la relajación de los conductores tanto en los recorridos urbanos, en los que se produce una notable disminución de la intensidad del tráfico por las vacaciones, y en recorridos cortos y por carreteras secundarias, riesgo que se incrementa en los desplazamientos a las numerosas poblaciones en las que se celebran sus fiestas patronales.

El exceso de velocidad no solo incide en la seguridad vial, sino que también tiene una influencia negativa sobre el medio ambiente, ya que el nivel de emisión de gases nocivos, el consumo de combustible y el ruido emitido por los vehículos están directamente relacionados con la velocidad, lo que conlleva un impacto muy importante en la calidad de vida de las zonas urbanas.