Agentes de la Policía Nacional detuvieron en Zaragoza a una empleada del hogar como presunta autora de un robo en el interior de la vivienda en la que trabajaba, de la que sustrajo joyas por un valor total de 6.000 euros.

La investigación policial comenzó a raíz de la denuncia interpuesta por el hijo de una anciana en la que este manifestaba que, desde hacía tiempo, echaba en falta diversas joyas de su propiedad, sin que en ningún momento le hubieran forzado ni entrado en su domicilio, según informaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

El hijo sospechaba de la empleada del hogar que tenía contratada su madre, ya que había visto anteriormente cómo esta, sin que le dieran permiso, abría unos cajones y manipulaba diversas joyas con la excusa de "limpiarlas".

Esta actitud de la sirvienta le pareció extraña y cuando los investigadores acudieron al domicilio se lo hizo notar porque consideraba que el dato podría ayudar en el desarrollo de las pesquisas.

COMPRAVENTA

Además, se comprobó que no aparecían señales de forzamiento ni en las puertas ni en las ventanas de la vivienda, lo que llevó a la Policía a deducir que el presunto autor del hecho era alguien que contaba con acceso a la casa.

Las investigaciones fueron llevadas a cabo por miembros del Grupo de Policía Judicial de la comisaría del distrito Centro y permitieron averiguar que la presunta autora de estos hechos es I. K. N. S., de 33 años, y que trabajaba en casa de esta anciana, ya que días después de su desaparición, llevó las joyas a casas de compraventa de oro, donde fueron vendidas todas ellas.

MÁS AFECTADOS

En este sentido, los investigadores recorrieron estos negocios con descripciones tanto de las joyas que buscaban como de los rasgos físicos de la empleada del hogar, para determinar si había contactado con ellos al objeto de dar salida a su botín.

Los investigadores no descartan que pudiera haber más personas afectadas por este tipo de sustracciones de objetos de valor, no exclusivamente joyas.

Por este motivo, se está elaborando un listado de otros domicilios donde haya podido trabajar con anterioridad la sospechosa, al objeto de inquirir al respecto a los residentes.

Al parecer, la empleada se ganaba primero la confianza de las familias y, cuando averiguaba el lugar donde había objetos de valor, cometía el robo.