La tragedia se ceba con Ejea de los Caballeros por segunda vez en una semana. Dos niños de 5 y 2 años perdieron la vida y su abuelo de 61 sufrió lesiones graves en el incendio que sufrió su vivienda del casco viejo sobre las once de la mañana de ayer. Los menores, de etnia gitana, se hallaban en una de las plantas superiores de la casa y el equipo de emergencia los encontró en parada cardiorrespiratoria. Todos los esfuerzos para reanimarlos resultaron infructuosos y los pequeños, llamados Juan y Marín, fallecieron poco después del rescate.

El abuelo, José Giménez, sufrió distintas quemaduras e intoxicación por humo y fue trasladado en helicóptero al hospital Miguel Servet, en Zaragoza, donde quedó ingresado en la unidad de vigilancia intensiva con pronóstico grave.

Era el único adulto que se encontraba con los niños en el momento del incendio, que pudo deberse a un cortocircuito, según los primeros indicios, dado que se trata de un edificio degradado y con una instalación eléctrica deteriorada.

FALLO ELÉCTRICO

El padre de los pequeños, que está separado, se hallaba de viaje cuando se registró el suceso, mientras que la abuela había pasado la noche en casa de otra nieta.

Los bomberos de Ejea apagaron con rapidez el fuego y evitaron que se propagara a otros edificios de la calle del Horno Grande, donde ayer los vecinos estaban consternados por la trágica muerte de los pequeños, que se produce la misma semana que el tiroteo que costó la vida al hombre que se atrincheró en su vivienda. En este episodio se produjeron además tres heridos, dos agentes de la Guardia Civil y el novio de la hija del agresor, que continúa grave en la uci de un centro sanitario de Zaragoza.

Al parecer, la causa de la muerte de los pequeños fue la inhalación de humo. Uno de sus familiares, Raúl Hernández, la primera persona que entró en la vivienda tras declararse el fuego, junto a dos policías locales, señaló que se hallaban inconscientes en una habitación.

"Los médicos han venido, han hecho todo lo posible por reanimarlos, pero no lo han conseguido. Uno ha muerto en el traslado y otro en el centro de salud", aseguró este testigo. "Pienso que cuando se los han llevado de la casa no había nada que hacer", añadió.

OLOR A QUEMADO

El juez encargado del caso decretó ayer el secreto de las actuaciones. "Debe de haber sido algo eléctrico, pues olía mucho a cable quemado", explicó Hernández, que indicó que el padre se dedica a vender ropa. De momento, especialistas en incendios de la Guardia Civil investigarán la posible causa del incendio.

Horas después del suceso, que coincide con la feria de maquinaria agrícola, Ejea seguía oliendo a humo. Y, como triste recordatorio del tiroteo del miércoles y el jueves, varias coronas de flores rodeaban la caseta donde se atrincheró el septuagenario.