El nuevo tratamiento para combatir la proliferación de la mosca negra en las riberas del Ebro y el Gállego está dando resultado. El larvicida natural que se ha rociado en dos ocasiones ha logrado eliminar 8.164 larvas. De estas, la mayoría se concentraban en el Ebro, 7.343, frente a las 821 del cauce del Gállego.

Preguntado por el PSOE, el concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, explicó que, aunque se ha logrado reducir el número, el tratamiento no puede ser 100% eficaz porque no se aplica en el resto de municipios que atraviesan estos ríos. La mosca puede desplazarse entre 10 y 20 kilómetros.

Las intensas lluvias del primer fin de semana de mes ayudaron a que el cauce se limpise de forma natural arrastrando una gran cantidad de las algas que llevaban semanas estancadas, Ahora, de nuevo, pueblan el curso del río.

Este larvicida es el único tratamiento efectivo que no afecta al resto de la fauna y la flora de los ríos. La primera prospección se realizó el 1 de junio. Entonces, se eliminaron 515 gusanos en el Gállego a la altura de Peñaflor y 7.342 en el Ebro, a la altura de Juslibol (7.065) y el puente de Piedra (277). Siete días después se repitió el proceso con la eliminación de 306 huevos en el Gállego y uno en el Ebro, coincidiendo con el ligero aumento del caudal del río como consecuencia del episodio de tormentas.

Las altas temperaturas y el bajo nivel del río provocaron la proliferación de las larvas de la mosca negra en mayo, después de años de tregua. Este insecto no pica, sino que muerde y suele generar reacciones alérgicas que requieren de tratamiento médico.

Desde el 2011 no se había registrado un número tan elevado de moscas, cuando se superaron las 22.000 atenciones médicas en Zaragoza por la mordedura de la mosca negra.