Coral González García, de 44 años, murió desangrada tras recibir 42 puñaladas a manos de su esposo Salvador Gázquez en el domicilio conyugal de la avenida Cataluña de Zaragoza, en el 2015. Así lo han certificado los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), Marisa Tomás y Guillermo Vázquez, durante la tercera sesión del juicio que se celebra con jurado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Los forenses han resaltado que el ataque inicial se produjo en la cama porque los restos de sangre así lo indican. "La víctima tenía apoyada su cabeza sobre la almohada, tal y como señala la sangre y el hueco que dejó", ha apuntado la doctora Tomás, quien ha resaltado que la mujer trató de defenderse como así lo indican los 15 cortes que presentaba en las manos. Uno de ellos estuvo a punto de seccionarle uno de los dedos al intentar coger el puñal de 17 centímetros.

Sobre el arma homicida, la doctora Tomás ha reconocido que en sus "30 años de profesión nunca he visto que un asesino se deje el puñal clavado en la víctima". La última cuchillada se produjo en el cuello, donde quedó alojada el arma homicida. En ese momento, Coral González García estaba viva según los forenses.

Por otro lado, las psiquiatras forenses, Cristina Andreu y Victoria Mínguez, han resaltado que Salvador Gázquez es una persona "que no pierde el control" y que su personalidad tiende a "dominar las relaciones". De esta forma, han puesto en entredicho la versión del procesado, quien señaló en el primer día que se "ofuscó" cuando su esposa le dijo que iba a quedarse con su patrimonio. No obstante, han valorado que es "susceptible" a un sentimiento de humillación que sufría Gázquez por las relaciones virtuales que ella mantenía con una tercera persona.

Mañana continuará el juicio en el que se determinarán las conclusiones definitivas de las partes. Hasta ahora, la Fiscalía solicita 22 años de prisión por un delito de asesinato, pena que elevan a 25 años las abogadas de la familia de la víctima, Altamira Gonzalo y Rosa Fernández. El abogado de la defensa, Javier Notivoli, mantiene la libre absolución, aunque al inicio de la vista oral anunció que aceptaría una condena no mayor a 15 años, teniendo en cuenta varias atenuantes como arrebato u obcecación, confesión o reparación del daño, ya que ha pagado 75.000 euros a la familia como indemnización.