España envía al vertedero más de la mitad de los residuos que genera, según un informe de la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (CEMA), que aboga por aprovechar el potencial calorífico de aquellos residuos que no se pueden reciclar ni reutilizar como energía alternativa.

El 60 % de los residuos municipales gestionados en España acabaron en 2013 en un vertedero, exactamente el mismo porcentaje que en 2007, frente a países como Alemania, Austria, Bélgica y Holanda donde estas instalaciones prácticamente han desaparecido.

En España, el 26 % del poder calorífico de sus hornos de cemento procedía de residuos recuperados en 2013.

"Aumentar esa cifra implicaría ofrecer una solución sostenible para la gestión de los residuos, a la vez que mejoraría la competitividad del sector cementero español", ha afirmado hoy el director gerente de la Fundación CEMA, Dimas Vallina, durante la presentación en Mérida del "Informe sobre reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España".

El informe recoge también que durante 2013, de las 33 fábricas operativas en nuestro país, 28 estaban autorizadas para valorizar energéticamente residuos y otras dos para la utilización de biomasa vegetal como combustible.

Aunque las fábricas de Niebla (Andalucía), Tudela Veguín (Asturias) y Alconera (Extremadura) cuentan con la citada autorización, no disponen de la necesaria para el uso de combustibles alternativos, según refleja el informe.

Existen 76 tipos de residuos autorizados a ser valorizados energéticamente, si bien los más importantes son los que proceden de las plantas de reciclado de residuos municipales, los derivados de la transformación de la madera, la pasta de papel y el cartón, así como de los restos de poda y los que tiene su origen en la producción de carne, pescado y otros alimentos de origen animal.

En total, se valorizaron cerca de 715.000 toneladas de residuos, lo que equivale a un 26 % de sustitución de la energía empleada por los hornos de cemento.

No obstante, "a pesar del esfuerzo realizado por el conjunto de la industria en España", según Dimas, "nuestro país aún se encuentra lejos de alcanzar la media europea, que se sitúa en el 34,5 %.

Holanda, con un 85 %, y Austria, Alemania y Noruega, con porcentajes iguales o superiores al 60 %, son los países europeos con mayores índices de sustitución energética en Europa.

El informe, que analiza las autorizaciones ambientales integradas otorgadas a las cementeras integrales (disponen de horno de clínker y molienda), señala que la industria cementera evitó la emisión de 800.000 toneladas de CO2 en 2013 merced a la valorización energética de biomasa en sus fábricas, una cifra equivalente a las emisiones que realizan 267.000 automóviles en un año.

El estudio desglosa territorialmente los porcentajes de sustitución de combustibles fósiles por alternativos, que encabezan Aragón y Castilla-La Mancha, ambas con un 48,5 %, seguidas de la Comunidad Valenciana (un 46,3 %).

En Extremadura, la fábrica de Cementos Balboa, en Alconera, todavía no utiliza combustibles derivados de residuos.

Dimas ha afirmado que el sector cementero es "un ejemplo de cómo una adecuada gestión" de los residuos puede redundar en una importante disminución de la emisión de gases de efecto invernadero mediante la sustitución de una parte de los combustibles fósiles por otros obtenidos a partir de residuos que no se pueden reutilizar, ni reciclar y que de otra forma acabarían en vertederos.

La Fundación CEMA considera necesario impulsar el reciclaje y la valorización energética de residuos en las instalaciones de producción de cemento, así como la consideración de las mismas en la planificación relativa a los residuos y a la mitigación del cambio climático, así como al cumplimiento de los objetivos de energías renovables.