La parroquia del Portillo celebró ayer, en colaboración con la iglesia de San Pablo, una romería que data del siglo XV y que quedó interrumpida por la guerra de la Independencia. En la actualidad se ha convertido en una celebración de la diversidad y bajo una pancarta que anima a la convivencia plural. Tras recorrer las calles del Casco Histórico, la romería terminó con jotas y bailes de múltiples países.