Gran Scala está por ver si será. Pero si es, la elección de Monegros como emplazamiento no parte ni de una decisión bondadosa de los promotores hacia un territorio y unas gentes necesitadas de proyectos salvadores, ni de una planificación gubernamental (del Pignatelli) para socorrer a una comarca que se desangra demográficamente desde hace décadas y donde el agua llegó tarde, cuando ya había emigrado más de la mitad del censo. Monegros es la diana por su situación estratégica, equidistante de ciudades, playas y montañas, aeropuertos, Aves, autopistas, canales, líneas de alta tensión o baja pluviometría. Y porque --aunque rodeada de zonas protegidas--, hay pastillas de suelo llano de libre disposición. El cereal de secano, incluso el de regadío, no es competencia para las tragaperras y las norias de colores. Tampoco los tocinos.

Así que no es de extrañar que en la zona se esté a la espera, pero con tendencia al sí quiero, frente a alguna señal de Gran Stafa. De ser, el parque y sus previstos visitantes y trabajadores transformarán hasta límites difíciles de imaginar los actuales Monegros. Y nadie garantiza que sea exclusivamente para bien. Pero hasta hoy, con toda la evolución desde el Terciario, de forma natural no parece que se haya llegado muy lejos. Los jóvenes se van. ¿Se quedarán atraidos por las luces de neón? Ahora van a buscarlas allí donde están, parpadeen bajo la forma de estudios, tajo, vidilla, anonimato o liberación paterna. No son solo los monegrinos los que deben decidir si el proyecto es asumible socialmente porque las repercusiones --beneficios y perjuicios-- llegarían a todo Aragón, aunque allí los unos y los otros serán de evidencia aplastante. Todo va con demasiadas prisas y alguien debería poner el reloj a cero para permitir el debate, el análisis y la previsión, que no tiene por qué ser equivalente a oposición. Desde una parte ya se sabe que con perras voluntades; pero a ver si desde la otra va a ser laminera la idea de llamar estepa al secarral, producto ecológico al esparto... y a seguir como estamos. Periodista