Joaquín Sabina ha puesto un poco de orden en sus archivos y ha sacado el polvo a 12 canciones perdidas en un nuevo lanzamiento, el libro disco Diario de un peatón, que sale a la venta mañana lunes, 28 de abril.

El trabajo incluye, además de textos de canciones y numerosos dibujos realizados por él mismo, dos discos compactos: uno de ellos incluye su último lanzamiento, Dímelo en la calle, y el segundo pasa revista a una docena de piezas inéditas y rarezas procedentes de diferentes momentos de su carrera.

Diario de un peatón llega tan sólo seis meses después de la edición de Dímelo en la calle, un disco que prolonga la bonanza comercial de Sabina (ha vendido unos 350.000 ejemplares). El nuevo lanzamiento, con formato de libro y tapa dura, contiene, además de las 12 canciones, dos videoclips, los de 69 Punto G y Lágrimas de plástico azul. Tanto el dibujo de portada como los reproducidos en el interior llevan la firma del propio Sabina.

Para el seguidor de cantautor de Jaén afincado en Madrid, donde ha desarrollado su carrera musical tras un inicio como poeta juvenil en Granada, el interés de esta entrega recae, sobre todo, en el segundo compacto, que rescata material inédito de las sesiones de Dímelo en la calle y curiosidades de otras épocas. Con una gran diversidad de estilos musicales: desde la sevillana hasta el blues, pasando por el rock según patrones ochenteros, el merengue y el medio tiempo con guiños de ragtime.

RAP Y BAKALAO

Se abre con una de las canciones más chocantes, Ratones coloraos, una sevillana que el cantautor compuso para el programa de entrevistas de Jesús Quintero en Canal Sur. En una segunda versión del corte, Sabina da alas a un nuevo género: la sevillana rap.

Aunque, puestos a desentonar con el sonido tradicional de Sabina, el momento más estridente del disco corre a cargo de Benditos malditos (al pil pil), una canción con ritmo electrónico de trazo grueso y guitarras casi heavy metal, una inaudita muestra de bakalao de autor que hasta ahora sólo había circulado en un extraño sencillo lanzado en el año 2002.

Abunda el material de la cosecha del 2001-2002, con muestras como Ay Calixto, un agitado merengue de letra arrebatada, que Sabina compuso, ha dicho, "para cantarla, alguna vez, con Juan Luis Guerra". O como La canción más hermosa del mundo, ya conocida y aquí registrada a dúo con Pablo Milanés. Canción de cuna de la noche y los tejados, de 1997, fue compuesta para la banda sonora de Siempre hay un camino a la derecha , de José Luis García Sánchez.

Más curiosidades: Doble vida fue grabada por el cantante argentino Juan Carlos Baglietto en su disco Corazón de barco, de 1993, y aparece ahora en la versión inédita de su autor. De esa misma época proceden la maqueta de Incluso en estos tiempos y el medio tiempo jazzístico Flores en la tumba de un vasquito.

En otra canción inédita, Me plantó la princesita azul, Sabina evoca a un amor con ciertos problemas de sintonía: "Se me dormía con la Novena / No digería la magdalena de Marcel Proust / Si me pillaba cantando un blues me regañaba / Pero en un colchón mejoraba mi mejor canción". El ritmo es, claro, de blues.

Tenemos al Sabina siempre dado a mezclar estilos populares, metido en la calle urbana y haciendo guiños y requiebros a diestro y siniestro, sin reparar en el timbre de la voz, que gana cuanto más roto. Ahí está su himno al Atlético de Madrid.