La magistrada del Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza ha impuesto sendas condenas de dos años y ocho meses de prisión a los skinheads Miguel Ángel Gutiérrez del Peso y Sergio Mantilla del Busto, por haber apaleado el pasado 2 de abril en una calle de Torrero a un joven "por la única razón de que presentaba una estética de tipo punky", ya que llevaba el pelo en forma de cresta y pendientes en sus dos orejas.

La jueza les aplica las agravantes de "actuar por motivo de discriminación ideológica", ya que se trata de dos individuos que frecuentaban grupos neonazis y que vestían con estética skin, y de abuso de superioridad, pues eran dos contra uno y abordaron a la víctima "por delante y por detrás, con lo que sus posibilidades de defensa se encontraban muy disminuidas". También contempla como atenuante la "reparación del daño" porque, en previsión de que fueran a ser condenados a indemnizar al agredido, ingresaron en una cuenta antes del juicio 2.250 euros cada uno, que resultó ser poco más de la mitad de la valoración judicial de los daños que causaron al punk: 77 días de baja, una cicatriz en la cara y un despellejamiento en el cuero cabelludo del que tuvo que ser operado, además de contusiones, erosiones y hematomas. Una parte de la indemnización responde al daño moral causado a la víctima por sus agresores, ya que sufrió una "agresión inopinada y muy violenta motivada en la apariencia física de la víctima y causada por motivos ideológicos".

Finalmente, la jueza concluye que la componente ideológica de la agresión le obliga a endurecer la condena ante "la alarma social provocada por el incremento de actos delictivos contra las personas y el patrimonio con trasfondo xenófobo y racista y relacionados con los orígenes étnicos o nacionales o con la ideología, religión o creencias de la víctima". Los dos condenados "son conocidos por la Policía como simpatizantes de grupos neonazis"

El relato de hechos probados de la sentencia narra cómo la víctima, que se dirigía a su domicilio poco antes de las once de la noche cuando salía de trabajar, fue interceptada por un joven rapado y calzado con botas de tipo militar, que le cerró el paso, mientras otro individuo de estética similar le abordaba por detrás. Le apalearon de pie y en el suelo y lo arrojaron "con violencia" contra un semáforo en una agresión desarrollada "con gran rapidez". Inmediatamente, se introdujeron en un coche que les estaba esperando y se fueron. La agresión fue filmada por las cámaras de seguridad del cajero en el que había entrado uno de los condenados, que salió de él con tanta prisa que se dejó la tarjeta y no llegó a efectuar ninguna operación.

La jueza, que no descarta que en el ataque participara una tercera persona, absuelve de cualquier implicación al conductor del coche. Mantilla le acusó, en una carta que le envió antes del juicio, de haber intervenido. También le afeó que le hubiera hablado de él a un policía. "Igual te sale el tiro por la culata y te vienes aquí (centro penitenciario) una temporadita", le dijo.