La magistrada del Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza ha absuelto a M. M. del delito de sustracción de menores por el que la Fiscalía y su exmujer reclamaban para él hasta cuatro años de prisión y ocho de inhabilitación para la patria potestad.

El acusado se llevó a sus dos hijos menores --ambos estaban en edad escolar-- a Rumanía a finales de junio del 2010, con el permiso de su exesposa y unos días después de que la Audiencia Provincial de Zaragoza revocara una sentencia de primera instancia y entregara a la mujer la guarda y custodia de los niños, que había correspondido al marido en el divorcio.

La mujer vio a los niños en agosto en Rumanía --vivían en el mismo barrio que sus abuelos maternos--, aunque no se los trajo de vuelta. Los recuperó en diciembre, tras la detención del acusado en su país vía Interpol y su traslado a España, donde permaneció unas semanas encarcelado. Los menores estuvieron ese tiempo al cuidado de una hermana del padre.

La magistrada concluye que las pruebas practicadas no permiten "de forma racional y lógica, por su insuficiencia", enervar la presunción de inocencia del acusado --defendido por el letrado José Manuel Marraco--, aunque estima que la acusación --ejercida por el abogado Carlos Montero en nombre de la madre-- no era infundada ni temeraria, ya que elude castigarla con una condena al pago de las costas del procedimiento.

La clave del asunto está en si el acusado conocía o no la sentencia que modificaba la atribución de la guarda y custodia, cuya comunicación, según la magistrada, "no consta con la necesaria certeza". La exmujer se lo contó antes de que partiera, pero este "no la creyó debido a las malas relaciones que había entre ellos y a que ya había sido denunciado por ella en varias ocasiones, habiendo resultado absuelto en todos los juicios".