Una vuelta a los viejos barrios zaragozanos, como Delicias. Esta es la tendencia a la que está abocada la capital aragonesa y que ayer esbozó el arquitecto jefe del servicio de Planeamiento Urbano de Zaragoza, Ramón Beltrán, en el segundo y último día de las jornadas Urbanismo y crisis financiera que se cerraron con una mesa política con los portavoces de todos los grupos. Una crisis que obligará a replantear las políticas urbanísticas del ayuntamiento, igual que en el resto del territorio nacional, pero que en Zaragoza, según el gerente de Urbanismo, Carmelo Bosque, solo obligará a "revisar" parcialmente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pero no a su redefinición total.

Porque, aunque Asensio asumió errores --la Torre del Agua, la construcción del túnel de la A-68--, también dejó claro que en Zaragoza las cosas no se cometieron los fallos de otras urbes. "Se ha desarrollado suelo en 1.400 hectáreas. En total, 43.000 viviendas, que se corresponden con las necesidades de los demandantes de vivienda", dijo.

De hecho, indicó el gerente de Urbanismo, todos los parámetros llevan a suponer que en Zaragoza se deberían crear cada año 3.800 viviendas para satisfacer la demanda de vivienda. Pero eso no supone que deba ser vivienda nueva, ni que se pueda afrontar la compra de un piso.

Por eso Beltrán incidió en que el futuro se plantea como una vuelta a los viejos y tradicionales barrios zaragozanos, distritos que están acusando el envejecimiento de su población y donde se crearán bolsas de vivienda vacía por la desaparición de toda una generación que los ocupó hace cuarenta años. "La gente siempre ha vivido en propiedad y eso conlleva el envejecimiento de la barrios. Dentro de unos años veremos un incremento de vivienda libre. Y habrá que ver cómo se interviene", aseguró el arquitecto jefe, que vaticinó que la compra de suelo pasará "a un plano muy secundario".

EL FINAL DEL BOOM No como en los años del boom inmobiliario, cuya revisión deja cifras como las que expuso el catedrático de Análisis Económico, Antonio Montañés. Según un reciente estudio, la burbuja alcanza su máximo en Aragón en el 2007, con un 47% de sobreprecio de la vivienda, que a finales del 2011, solo se había reducido hasta el 42%.

Igual que el arquitecto Manuel Fernández, quien puso como ejemplo Parque Venecia. Hace seis años el precio de venta de una casa, según tasación, a tenor del precio del suelo era de 572.000 euros. Ahora es de 144.000 euros. "El valor en venta de una vivienda es ahora equiparable al valor del suelo hace seis años", indicó.