Ayer al mediodía llegó al Pignatelli la invitación para que el presidente de Aragón, Javier Lambán, pueda asistir a la inauguración mañana jueves del embalse de San Salvador, al que acudirá el jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy. Será el primer encuentro entre ambos, puesto que las peticiones de reunión de la DGA no han encontrado eco alguno en La Moncloa. El líder del Gobierno aragonés, según explicó ayer, tiene previsto exponerle, si tiene tiempo y espacio físico para ello, los problemas de la comunidad.

Lambán explicaba, tras reunirse con el alcalde de Huesca, Luis Felipe, con no poca ironía, las dificultades que está teniendo su Gobierno, y él particularmente, para verse con Mariano Rajoy. El presidente aragonés remitió una carta al poco de llegar al Pignatelli pidiendo una reunión con el jefe del Ejecutivo central. La única respuesta que obtuvo fue que tratarían de encajar agendas. Desde entonces no ha habido más contactos.

PRESUPUESTOS

La reunión con Rajoy ha sido imposible. Y lo mismo ha sucedido con la Comisión Bilateral, que el recién estrenado Gobierno de Lambán pidió antes de verano para intentar pactar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Tampoco hubo respuesta. Llegados a este punto, las relaciones con el Estado se encuentran en un punto muerto, con no pocas tensiones entre ambas administraciones.

Así que Lambán aprovechó ayer para dejar patente el malestar que existe en su Gobierno con La Moncloa. El presidente aragonés avanzó que si Rajoy tiene "un minuto", ya que suele pasar por esta tierra con "rapidez", hablará con él, aunque admitió desconocer qué posibilidades de interlocución tendrá. Una forma de recordarle su polémica y fugaz visita a Zaragoza como consecuencia de la riada del Ebro.

Lambán apeló al sentido común y al diálogo, pero dijo que por "expresa decisión" del Gobierno central la interlocución con el Ejecutivo aragonés es "inexistente". Recordó que desde hace meses espera "en vano" a que Rajoy lo reciba y también a que se reúna la comisión bilateral de cooperación entre ambas administraciones.

La llegada de los socialistas al Pignatelli, apeando al Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, marcó un cambio en las relaciones entre Aragón y el Estado. El Ejecutivo de Lambán empezó por paralizar la LOMCE; se mostró abiertamente crítico con el reparto del déficit y votó en contra del mismo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Por primera vez, la DGA plantó cara abiertamente a Madrid, y ahora parece estar pagándolo el presidente de la comunidad que no encuentra interlocución en La Moncloa.

Lambán espera descongestionar la situación mañana en San Salvador. Pero parece poco probable que haya avances a apenas dos meses y medio de los comicios generales, y con la pugna ideológica y electoral entre PSOE y PP de por medio.