Jamie Bristow ha participado recientemente en Zaragoza en el I Congreso Mindfulness en las Empresas del Siglo XXI, donde han participado los mayores expertos de esta disciplina. De difícil traducción, el mindfulness sería un tipo de meditación y aceptación de uno mismo frente a la realidad que le envuelve. Bristow ha aplicado estas técnicas a la politica, con un resultado cuyas conclusiones son sorprendentes.

--¿Cómo surge la iniciativa de aplicar técnicas de mindfulness en la política?

--Estando en la Universidad de Oxford, hace cuatro años planteamos la posibilidad al diputado Chris Bryant de hacer un curso con 22 compañeros suyos. Se hizo muy popular y se repitió, ahora ya hay 145 representantes de House of Lords y de House of Commons.

--¿Hay algún perfil de político más proclive a estas prácticas?

--Es muy curioso, porque empezaron 22 diputados laboristas, pero tras la experiencia, se han ido involucrando más diputados y ahora hay incluso más del ala conservadora. Ahora trabajamos en siete parlamentos de países distintos y hablamos con 40 países más. Muchos de ellos son de mayoría conservadora.

--¿Qué países reclaman sus servicios?

--Hay una cláusula de confidencialidad y no puedo decirlo. Solo lo han hecho público el parlamento francés y el holandés, además del británico. Pero le diré que hay varios de Norteamérica y de Oriente Medio.

--¿A Donald Trump le vendría bien?

--(Risas) Desconozco si Trump hace mindfulness, no le vendría mal porque es muy útil para cualquier persona, pero Hillary Clinton sí ha reconocido que la ha practicado.

--¿Hay una mejoría en las políticas de aquellos que practican mindfulness?

--Yo no evaluo las políticas, pero los políticos aseguran que consiguen más equilibrio, menos estrés y más claridad en la toma de decisiones. Algunos diputados, como Tim Loughton, admiten que les ayuda a comprender mejor la visión del adversario, ser menos agresivo y más empático. Eso sin duda ayuda a tomar decisiones.

--En España los partidos no se pusieron de acuerdo para gobernar en un año y medio. El mindfulness habría favorecido un Gobierno mucho antes?

--Seguro. Favorece el diálogo y es una herramienta muy útil para el conflicto, porque en lugar de huir de una situación compleja, permite tener mucha más perspectiva. Sin duda, favorece el debate político y lo enriquece.

--Es una alternativa o un complemento a otros hábitos saludables?

--Exige una práctica diaria de 20 minutos tras un curso de ocho semanas con una clase a la semana de 90 minutos. Muchos no hacen los deberes (ríe). No es un sustituto de nada, es algo adicional.Muchos políticos hacen deporte habitualmente, y algunos empiezan a hacer mindfulness. También en el deporte de élite. En Estados Unidos ha llegado a la NBA, la NFL, jugadores de tenis y equipos de rugby.

--¿En España vamos muy atrasados respecto a otros países?

--No mucho más que otros. Tal ven Reino Unido sea un caso especial porque el mindfulness se imparte en la Sanidad pública desde el 2004 para casos de depresión y recaídas recurrentes y eso ha ayudado a la aceptación social y que se vea como algo cotidiano y una herramienta básica.

--¿Sería apropiado incluirlo en los programas educativos?

--Sin duda. Ya hemos hecho un libro en el que aplicamos la influencia del mindfulness en la educación, la Justicia, la vida laboral y la ciencia. Los resultados son francamente positivos. Estudiamos casos concretos y damos conclusiones generales. Los políticos de todos los partidos han participado en la investigación y seguro que las conclusiones se aplicarán en las políticas públicas.