El Banco de Alimentos de Zaragoza ha detectado casos de "picaresca" entre quienes aspiran a beneficiarse de su labor de redistribución de productos de primera necesidad, pues "hay gente que está pidiendo alimentos en varios sitios a la vez". Así lo aseguró ayer su presidente, Antonio Tomás, quien señaló que, a causa de los trámites puestos en práctica para evitarlo, "hay unas 400 personas esperando a que les demos esos alimentos", a través de las entidades sociales con las que trabaja esta fundación sin ánimo de lucro.

Con objeto de erradicar esos casos, los voluntarios del banco están poniendo más empeño que de costumbre en documentar la idoneidad de los centros benéficos a los que la institución hace llegar sus productos, para que estos los redistribuyan después entre los particulares que lo solicitan. Tomás informó de que esos trámites, en todo caso, no superan "los 15 días". Aunque ninguna norma del banco obliga a ello, Tomás señaló que velar por que los beneficiarios no obtengan alimentos en distintos lugares al mismo tiempo es la forma de "hacer las cosas bien".

EQUIPO DE VISITADORES

El presidente de la institución recordó que son las organizaciones las que se ponen en contacto con el banco y que, tras presentar una documentación básica, "un equipo de visitadores" comprueba in situ "las necesidades" reales tanto de la entidad solicitante como de las personas a las que luego entregará los productos que, por su parte, fundamentalmente recolecta el Banco de Alimentos de empresas colaboradoras.

Antonio Tomás afirmó, en todo caso, que el banco cuenta con productos suficientes para abastecer a las aproximadamente 24.000 personas que se sirven de la labor de la fundación, incluidas quienes componen esa inopinada lista de espera. Aunque el número de atendidos ha aumentado "en 3.000 o 3.500 personas con respecto al pasado año", la contribución de los particulares y de las firmas que trabajan con el banco ha permitido que el pasado 15 de mayo se superasen los 928.000 kilogramos de alimentos y bienes de primera necesidad, un 27% más que en el 2012 por estas mismas fechas.

Ello da muestra, según Antonio Tomás, del "carácter solidario" de esta ciudad, que se "está portando de maravilla". El Banco de Alimentos de Zaragoza nació en 1994 y se convirtió en fundación en el 2002. Tiene su sede en Mercazaragoza, en una nave cedida por el ayuntamiento de la capital, con el que, además, colabora en el programa Zaragoza Redistribuye. Además de la práctica totalidad de grandes distribuidores de alimentación, que contribuyen con sus productos con mermas --perfectamente aptos para el consumo--, también apoyan el proyecto DGA, DPZ, Ibercaja, CAI y La Caixa.