La parroquia de San Gil Abad de Zaragoza se llenó ayer en la misa recuerdo a Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón Parma, primo del rey emérito Juan Carlos I. Un acto que reunió a numerosos representantes de la nobleza y que estuvo oficiado por el párroco, Mario Gállego, con las voces de la Coral de Santa Engracia.

El oficio estuvo presidido por los hijos del difunto: Pedro, recién estrenado duque de Calabria, y su hermana, Cristina de Borbón Dos Sicilias y Orleáns, íntima amiga de la infanta Cristina y esposa de Pedro López Quesada, amigo íntimo de Felipe VI (con el que, de hecho, vino a esquiar el año pasado, a tierras aragonesas, a la estación de Aramón Formigal).

El difunto infante Carlos, fallecido en octubre, maestrante, entre otras, de la Real Maestranza de Zaragoza y gran maestre de la Sagrada Orden Constantiniana de San Jorge, ocupaba el primer puesto en la línea de sucesión a la Corona española después de los descendientes del rey Juan Carlos I, tras la renuncia de las infantas Pilar y Margarita a sus derechos de sucesión.