La familia de Nicolás II, último zar de Rusia, ejecutada en Yekaterimburgo en julio de 1918 por los bolcheviques y canonizada por la Iglesia ortodoxa, descansará al completo muy pronto en la catedral de Pedro y Pablo de San Petersburgo. Pendientes aún del resultado de los tests de ADN, arqueólogos anunciaron ayer haber hallado con casi total seguridad los cuerpos de los dos miembros de la familia real que aún faltaban por aparecer: el del zarévich Alexis, el único y hijo varón del zar Nicolás II, y el de su hermana, la gran duquesa María.

Las otras tres grandes duquesas (Tatiana, Olga y Anastasia), el zar Nicolás, su esposa Alejandra Fiodorovna y otros miembros de su séquito fueron enterrados en la segunda ciudad rusa en el verano de 1998.

La farsa de Anastasia

El hallazgo de los restos humanos, realizado en 1991, acabó para siempre con la leyenda de que Anastasia había logrado salvarse de la muerte.

Los restos humanos de Alexis y María fueron encontrados en un lugar muy próximo a donde se encontraron en 1991 los del resto de la familia. "Es muy probable que este segundo lugar de enterramiento esté unido con el primero; todo el mundo sabe a quién pertenecen", proclamó ayer, sin albergar ningún género de dudas, Serguéi Pogorelov, historiador que trabaja para la Administración. El fiscal general ha reabierto la investigación del caso.

El trágico final de la última familia real que gobernó Rusia se produjo en el verano de 1918. En marzo de 1917, apenas unos meses después del derrocamiento de la monarquía, el Gobierno Provisional puso a Nicolás II y a su familia bajo arresto domiciliario en el palacio Alexander, en Tsarskoye Selo. En agosto de 1917, el Gobierno trasladó a los Romanov a la casa de Tobolsk.

En octubre de 1917, los bolcheviques tomaron el poder, y las condiciones de su arresto domiciliario empeoraron. La aparición de la rebelión del movimiento blanco, que se enfrentó a los comunistas, selló el destino de los Romanov. La familia, que había sido trasladada a Yekaterimburgo y encarcelada, vivía sus últimos días. El 17 de julio de 1918, a las 2.30 horas, fueron fusilados.

AVERÍA E INHUMACIÓN En 1989 fue publicado un concienzudo informe sobre lo que sucedió aquella noche. La ejecución tuvo lugar cuando las unidades de la legión checoslovaca del Ejército blanco, intentando retirarse fuera de Rusia, se aproximaban a Yekaterimburgo. Temiendo que pudieran intentar rescatar a la familia real, los comunistas decidieron ejecutarlos. El primero en morir fue el emperador Nicolás II, con múltiples impactos de bala en el pecho y en la cabeza. Las últimas en fallecer fueron las cuatro grandes duquesas.

Los intentos de deshacerse por completo de los cadáveres con ácido o quemándolos fracasaron, y los cuerpos fueron trasladados a otro lugar. Cuando el vehículo que los trasladaba se averió en el camino hacia la localidad de Koptyaki, se decidió su inhumación. El recodo estaba situado a unos kilómetros al norte de Yekaterimburgo.