Mucho tuvieron que correr ayer los cámaras y los fotógrafos para poder ver a la gerente de Los Tranvías, Ana María Moreno, así como al resto de miembros de la sociedad mixta. Todos, y en una época en la que la transparencia está de moda, trataron de esquivar a la prensa por la puerta de atrás, como si de una misión secreta se tratara. Pero no contaron con las habilidades de los gráficos.

La sala de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza, donde se celebró el consejo de administración extraordinario tiene tres puertas: la principal y dos laterales. Una de estas da al salón de plenos y permite atravesarlo con discreción y acceder a la otra ala del consistorio, la contraria a la que se encontraban los periodistas. Y por aquí decidieron salir con la aprobación del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC). Qué casualidad.

No contentos con ello, los fotógrafos, muy sabios, se dieron cuenta de que algo raro estaba sucediendo y decidieron hacer el mismo recorrido pero por el pasillo y las puertas principales hasta que se toparon con Moreno. Antes de que el flash saltara, les echaron, cerraron la puerta y no se pudo abrir hasta que habían abandonado el consistorio. Otra casualidad.