El movimiento de turistas y trabajadores para Gran Scala generaría 15 millones de toneladas de CO2 anuales si se cumplen las previsiones de los promotores, que esperan que el complejo de casinos y parques temáticos reciba 25 millones de visitantes y ocupe a 60.000 personas, concluye un estudio de la Fundación Ecología y Desarrollo. Este volumen de gases de efecto invernadero es inferior en casi un 25% al que generan las actividades productivas de todo Aragón --19.693 toneladas en el 2003-- y duplica de paso los 6,84 millones que lanza al año la central térmica de Andorra. No obstante, se le deben añadir los efectos de otras actividades vinculadas al recinto.

El documento recuerda que los promotores de Gran Scala aseguran que el recinto tendrá "un impacto positivo en la economía de la región y casi nulo en el clima" al favorecer el uso del AVE y utilizar vehículos no contaminantes y fuentes de energía renovable en el interior del recinto. Sin embargo, añade, "un análisis preciso de los beneficios no puede hacerse únicamente a escala local dejando al margen los costes y riesgos del impacto que en el calentamiento global tendrán el desplazamiento hasta Los Monegros de tal cantidad de turistas".

Ecología y Desarrollo ha calculado que el 90% de los visitantes pueda llegar en avión recorriendo una distancia media de 2.000 kilómetros. De hecho, uno de los requisitos de los promotores es que Gran Scala sea equidistante de los aeropuertos de Zaragoza, Huesca y Lérida. La emisión media de un avión en un viaje de ese tipo es de 324 gramos de CO2 por pasajero, con lo que el volumen global del transporte de turistas "puede llegara alcanzar casi los 15 millones de toneladas". A esta cifra se suma el lanzamiento de dióxido de nitrógeno, "que a la altura que vuelan los aviones tiene un potencial de calentamiento casi 300 veces mayor que el CO2". "Este dato pone de manifiesto --indica el informe-- que la dimensión del impacto de Gran Scala excederá los límites del complejo en sí mismo y alcanzará un nivel global al provocar emisiones en todos los lugares del planeta".

Ecología y Desarrollo, que recuerda que algunos eventos como la Expo 2008 ha asumido la compensación de las emisiones de CO2 que generará, apunta, no obstante, que en el caso del complejo monegrino "la viabilidad técnica y económica de las diferentes opciones (para compensarlas) presenta serias dudas".

Así, el informe señala que el precio de los derechos de emisión en el mercado europeo oscila entre uno y --acudiendo a los Mecanismos de Desarrollo Limpio-- 20 euros por tonelada. "El coste medio de conseguir un impacto cero en el clima con esta opción alcanzaría los 150 millones de euros", anota el documento.

Otra vía para compensar las emisiones es plantar árboles que las absorban. Para eso serían necesarios 1.500 millones de sabinas --elimina 10 toneladas anuales--, lo que requiere, a 500 árboles por hectárea, tres millones de hectáreas: dos tercios de la superficie de Aragón o más de diez la de Los Monegros.

La alternativa de producir energías renovables que redujese una cantidad equivalente de emisiones requeriría instalar una potencia fotovoltáica de 23 millones de megavatios. El objetivo de España es llegar a 400 en el 2010.

Para la fundación, estos datos "hacen tambalear el concepto de sostenibilidad del proyecto que tanto gustan de ensalzar los promotores e instituciones que lo apoyan".