La provincia de Zaragoza es la tercera de España en número de tramos de carretera peligrosos, solo por detrás de las de Badajoz y Soria, con un total de 389,8 kilómetros, según el último informe presentado por la Dirección General de Tráfico (DGT).

La mayoría de los citados tramos se sitúan en los accesos a Zaragoza (A-23, A-68, Ronda Norte) y, sobre todo, en dos de las carreteras más peligrosas de España: los tramos sin desdoblar de la N-II, entre Alfajarín y Fraga, y de la N-232, entre Figueruelas y Mallén. En estas dos vías, el intenso tráfico de camiones constituye uno de los principales motivos de conflicto y, a día de hoy, solo hay un proyecto de desdoblamiento para el tramo de Figueruelas a Mallén, que se subdivide en dos zonas pero que todavía no ha empezado a construirse.

Los tramos peligrosos afectan a toda clase de vías, desde autovías a carreteras autonómicas. Por ejemplo, la A-121, Magallón y La Almunia, donde el estrechamiento que se produce en la travesía de Fuendejalón ha sido escenario de accidentes, en particular con la implicación de vehículos pesados, a la altura del kilómetro 3,1.

La A-126, que une Alagón con Tudela por la margen izquierda del Ebro, también cuenta con un paso peligroso en la misma travesía de la primera localidad, en el kilómetro 47,6.

Con todo, es la A-68, la que concentra mayor número de tramos negros, entre ellos el de la rotonda donde confluye con el cuarto cinturón o Z-40, tanto en sentido ascendente como descendente. Se trata de una intersección en la que se registran atascos a diario y en la que no son raros los accidentes con daños de chapa. Otro tramo de la A-68 con la etiqueta de peligroso es uno situado a la altura de Figueruelas, en la zona conocida como autovía de Logroño. Más allá, en la misma dirección, se encuentra la variante de Mallén, que pertenece a la N-232 y que también ha sido escenario de graves siniestros.

Por otro lado, la N-125 o carretera del aeropuerto, también cuenta con un tramo peligroso por adelantamientos temerarios e incorporaciones.