Ni 24 horas ha tardado el ministro del Interior, José Ignacio Zoido, en desdecir a su subdegelegado del Gobierno en Teruel, José María Valero, en relación al operativo desplegado en el Bajo Aragón para dar caza al hombre -en ese momento desconocido y que luego resultó ser Igor el Ruso- que hirió de gravedad a dos vecinos de Albalate del Arzobispo el 5 de diciembre y que una semana después asesinó a un ganadero y a dos agentes de la Guardia Civil.

Zoido señaló que la Guardia Civil desconocía la identidad del autor de los disparos de Albalate. Desde el primer momento, según el titular de Interior, el instituto armado montó dispositivos de búsqueda, que se incrementaron, pero desconocía la naturaleza violenta del supuesto asesino, que no pudo ser arrestado antes.

El ministro aprovechó el encuentro con los medios ayer para volver a lamentar el triple crimen y transmitirle a la viuda de José Luis Iranzo, Eva Febrero, su pesar por la muerte de su marido, después de que anteayer, a través de Facebook, esta asegurara que «la respuesta no fue inmediata» y que, a pesar de que las pruebas de Albalate «eran contundentes, todos iban a pecho descubierto, José Luis no sabía a qué se enfrentaba».

COMUNICACIÓN

Antes de que se pronunciara Zoido la versión ofrecida por el subdelegado del Gobierno en Teruel, José María Valero, fue muy diferente. Como publicó este diario, Valero reveló que la operación de la Guadia Civil para intentar capturar a quien estaba causando alarma entre los vecinos de esta zona de Teruel, por distintos robos en casas y masías, se iba a llevar a cabo casualmente el día posterior al triple asesinato. Apuntó que hasta iban a participar grupos procedentes del País Vasco, Cataluña y Comunidad Valenciana. Unos planes que «la mala suerte», según Valero, se truncaron con la muerte de los guardias Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero y del ganadero José Luis Iranzo.

Pero el representante del Gobierno de España en Teruel fue más allá y señaló que el dispositivo respondía a que «todo apuntaba a un criminal peligroso». Llegó a afirmar que los vecinos de la zona de Albalate del Arzobispo «recibieron comunicaciones de que era peligroso realizar actividades como recoger olivas o la caza».

Una información específica que a la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) no le consta. Todas estas contradicciones acentúan, en opinión de esta asociación profesional en Teruel, la «necesidad de realizar una investigación de los hechos». Es por ello que la AUGC pretende presentarse como acusación popular en la causa «No se puede ser delegado del Gobierno o subdelegado para entregar medallas o salir en ruedas de prensa cuando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han culminado una operación con éxito y cuando fracasa miren a otro lado», lamentaron desde la AUGC que reclamaron 200 agentes más.

NUEVA PRISIÓN

Igor el Ruso pasó ayer su primera noche en la prisión de Zuera, después de que Instituciones Penitenciarias decidiera trasladarlo desde el centro de Teruel, donde fue enviado tras su detención.

El exmilitar permanece recluido en una celda de aislamiento que no comparte con otros presos. En este régimen, en el que viven una veintena de reclusos de las 36 plazas disponibles, cuenta con cinco horas libres que pueden realizarse en el patio o en una sala polivalente en la que hay libros y en la que también puede hacer ejercicio. En ella podrá consultar la Biblia, al igual que hacía en Teruel. Durante su estancia en dicho módulo, Igor el Ruso está vigilado constantemente por dos agentes. Entre sus compañeros está Rodrigo Lanza por la muerte de Víctor Láinez.