Parece que no pasan los años para Martín Fiz. Sigue estando igual que cuando ganó el Campeonato del Mundo en Goteborg en el 95. Ayer dio una charla en la escuela de negocios ESIC Zaragoza para dar consejos a los participantes de la II Carrera de Empresas que se celebrará el 13 de diciembre. Pelo cano, barba de dos días, rostro huesudo y afilado. Hace pocos días venció en el maratón de Nueva York de su categoría de M50. Hizo un crono de 2.34 pelados. Una gran actuación, 20 años después del mejor título de su historia. Ahora tiene 52 años y 56 kilos, dos más que cuando fue el más rápido del mundo en Suecia. "Sigo con la misma ilusión de un niño con este tipo de retos", explicaba el vitoriano.

A la izquierda de Fiz estaba Roberto García y a su derecha Carlos García, dos grandes mediofondistas de Aragón. Pocos de los presentes en la charla estaban vinculados con el atletismo aragonés. Aunque no se perdió la cita David Constante, el director del Maratón de Zaragoza. Ahora está más volcado con el atletismo que cuando era profesional. "Soy privilegiado porque sigo viviendo del deporte. Entreno a gente famosa, tengo a 250 personas preparándose diariamente. En las populares la gente necesita mucho asesoramiento".

Fiz recordó su trayectoria deportiva hasta que ganó su primer maratón el 92 en Helsinki. Su estilo entretenido, chisposo y simpático encandiló a la concurrencia. "Aunque nací en Vitoria, mis padres son de Tamames, un pueblecito de Castilla-León. Allí aprendí los valores del esfuerzo, el sacrificio y la fuerza". De pequeñito se le daba bien el balón. "Fermín Cacho decía que era como una hormiguita, gordito y hermoso". Pero pronto conoció el atletismo. "No gané el cross y mis padres me dieron zotes en el culo", explicaba con ironía. El pequeño Martincho ya tenía un ídolo y no era atleta. "Se trataba del ciclista Marino Lejarreta. Le costaba ganar, pero la gente le aplaudía. Luchaba en los crosses de Elgoibar, Lasarte o Amorebieta, aunque nunca ganaba", explicaba.

En el año 90 dio un giro de tuerca logrando su primer triunfo en el Nacional de cross celebrado en Estella. Después cumplió su sueño al ser olímpico en Barcelona. Corrió el 5.000 con Abel Antón. "En mi serie fui en cabeza 12 vueltas y los 200 metros finales me pasaron todos". Después inició su romance con el maratón.