El Athletic debía dar la vuelta al empate a uno de la ida en San Mamés y lo logró en la primera parte, con goles de Aduriz y Etxeita (0-2), ante un Espanyol sin capacidad de reacción tras el descanso, pese a mejorar con tres delanteros. Ahora, los vascos se medirán al Barcelona en la final.

Las urgencias eran del Athletic y se notó en su intensidad desde el primer minuto. Y al final, premio. Poco después, Aduriz provocó el terremoto. La referencia de los leones controló hábilmente un balón en la frontal y cruzó el disparo para dar un giro completo a la eliminatoria.

El tanto no frenó la iniciativa de los bilbaínos. Su presión ahogaba la circulación del Espanyol, obligado ahora a marcar. Los catalanes sufrían. No estaban cómodos. Lo más cerca que estuvo el Espanyol de cambiar el guión en esta primera parte fue con una ocasión de Stuani, al filo de la media hora, que atajó Herrerín. Pero los de Valverde no perdieron la compostura.

Es más, dos minutos antes de llegar el descanso asestaron un mazazo a Cornellá con el segundo gol de la noche. El anfitrión necesitaba tres goles para pasar. Solo faltaba apelar a la épica.

Sergio González sacó a todos sus puntas: sentó a Víctor Álvarez y dio entrada a Caicedo. El Athletic aguantaba. Las gradas se fueron vaciando y el partido, apagando. El sueño de la Copa terminaba para el Espanyol, mientras que el Athletic de Bilbao disfrutaba del derecho a soñar con una nueva final.