Quienes le conocen dicen que carácter, le sobra. Como muestra, la anécdota que le convirtió en protagonista cuando se levantó de la sala de prensa de El Alcoraz tras ganar con el Girona en la Copa cuando fue recriminado por contestar en catalán a una pregunta realizada en catalán después de haberlo hecho ya en castellano. Raúl Agné (Mequinenza, 24 de mayo de 1970) tiene experiencia, tiene carácter y le gusta adaptarse a sus jugadores aunque reconoce que su evolución táctica le lleva cada vez por caminos más ofensivos. Hacia afuera le gusta marcar distancias, no es amigo de gestos ni palabras para la galería, pero con sus jugadores es trabajador e incisivo, pendiente de cada detalle, muy activo en los entrenamientos.

Su carrera como técnico comenzó en el Peralada y el Palamós en Tercera División pero se relanzó definitivamente en el Girona. Se retiró como jugador en el club catalán en el 2003 después de pasar por el filial del Real Zaragoza (1991-92), el Figueres, el Binéfar y el Palamós, y allí consiguió ascender al equipo, recién llegado de Tercera, de Segunda B a Segunda A. Su Girona de aquella primera etapa era un equipo contundente, agresivo, rocoso y muy casero, que apenas lograba puntos fuera de casa. Su esquema básico era el 4-4-2. En su segunda temporada fue destituido a cinco jornadas del final de Liga.

La entidad gerundense es, sin duda, su hogar futbolístico, donde más huella ha dejado. Es el entrenador que más partidos ha dirigido al Girona y, en Segunda División, solo le supera ya Machín. Para la historia queda su ascenso a la categoría que ocupa desde entonces. Sus pasos siguieron en los banquillos de Recreativo, Girona de nuevo, Cádiz y Tenerife. De todos ellos salió antes de que terminara su contrato.

Él mismo reconoce en una entrevista realizada el pasado mes de abril que ha ido evolucionando como técnico y que ahora se considera más ofensivo después de unos inicios en los que sus equipos tenían más de Simeone que de Guardiola, según sus palabras. Su última experiencia fue el Tenerife, donde llegó en febrero del 2015 para reemplazar a Álvaro Cervera. Sin dejar de lado el orden táctico, Agné quiso hacer algo diferente a su predecesor, acusado de defensivo en la isla, y se presentó con un modelo más ofensivo. Él mismo reconoció después que había descuidado en algo la retaguardia.

Cumplió con su misión de cambiarle la cara al equipo y, desde luego, fue cambiando su esquema táctico. Tuvo que hacerlo casi por presión popular después de probar un trivote que fue muy criticado en la isla pero que le dio solidez al equipo. Utilizó también un doble pivote y fue cambiando al 4-2-3-1 o al 4-3-3. Intentaba que su equipo jugara al ataque pero sin perder el orden atrás y con una sola referencia arriba y un enganche por detrás. Ahora tendrá que adaptarse a este Real Zaragoza.