Las hermanas Silvestre se citan hoy en Amorebieta. En la localidad vizcaína disputarán uno de los crosses más importantes del circuito nacional. Marta, la mas mayor de todas con 30 años llegará desde la localidad toledana de Yepes mientras Elena viaja desde San Sebastián. Natalia, la pequeña del grupo, acude desde su natal Teruel.

Las tres fondistas ya ha coincidido en toda su trayectoria en varias pruebas. A las tres les une un punto muy importante, que es su formación en La Salle Teruel. Desde que se iniciaron han cambiado mucho las cosas. Marta forma parte de la élite nacional, como demostró con su quinto puesto en la reciente San Silvestre Vallecana. Elena fue una de las mejores júniors de España. Ahora tiene 26 años y las lesiones y sus estudios han frenado su progresión atlética. Natalia es júnior, tiene planta, buen estilo, calidad y es una gran sufridora. Su familia sabe que si quiere, será en el futuro de las mejores del fondo nacional. Solo falta que sea más constante en el trabajo diario.

Singularidad

No se conocen casos similares en el atletismo español. Tres hermanas que tienen un muy buen nivel atlético y que practican carreras de fondo. Y las Silvestre tienen un hermanito. Es Adrián. "Pero le gusta más la natación. Mis padres nunca hicieron atletismo. Tenemos un tío que practicó este deporte en los setenta. Pero tuvo problemas de rodilla", dice Marta.

Silvestre se inició tardíamente en el atletismo. Tenía trece años. Después arrastró a sus hermanas por el camino del cross. "Nos apuntaron porque corría la hermana mayor. Ella se apuntó porque era más buena que nosotras. Natalia no es tan constante como Marta. Nosotras hacíamos más el vaguete", dice Elena.

Este trio es ya un símbolo de La Salle Teruel, el mismo club al que pertenece el júnior Jaime Escriche, que estrenó internacionalidad hace poco en el Europeo de cross. "Allí el trato es muy familiar y eso engancha. Hice muchas amistades y me apoyaron cuando me fui del club. Aunque no vista de verde, soy una más del club", confiesa Marta Silvestre. El año pasado disputó el Europeo al aire libre y ahora está en su mejor momento. "Estamos supercontentos de ella toda la familia. Desde pequeña ya apuntaba alto. Aunque le costó dar el salto. Es la persona que conozco más constante", dice Elena. Natalia está sorprendida de la explosión de Marta. "Desde el Europeo de cross de hace dos años no hay quien la pare. Su forma de competir es parecida a la mía. Sale de menos a más, aunque podría arriesgar un poco más", reconoce Natalia.

La benjamina del grupo compatibiliza como puede los estudios y el deporte. Los que entienden auguran que si se dedica en serio al atletismo, dará que hablar. "Me falta la constancia de entrenamiento. Con los estudios me veo un poco agobiada. El atletismo es duro y para dedicarse a el hay que tener mucha cabeza o ser bueno. En las carreras lo doy todo y tengo cualidades", explica Natalia.

A la inversa, Elena tiene muy claras las cosas. Hace varios años vive en San Sebastián, donde estudia el Doctorado de Ingeniería Mecánica. Reside en un piso alquilado en el barrio de Gros. "Es la ciudad más bonita de España. Pero la vida es carísima. Los pinchos tienen mucha fama, pero baratos no son", apunta.