Otra vez, otro año, toca reinventarse para seguir al frente de las segundas espadas de la Liga Asobal. El Club Balonmano Aragón inicia la enésima empresa en la máxima categoría nacional con una situación caótica en lo financiero --no tiene patrocinador principal ni ha participado de las subvenciones públicas por su recientemente superado concurso de acreedores--, aunque no lo es tanto en lo deportivo.

Como ha sido costumbre en los últimos veranos, el club ha tenido que parir ideas completamente nuevas, sin apenas recursos económicos, para hacer frente a las, catastróficas en lo deportivo, fugas de Álex Dujshebaev, el máximo goleador de la pasada Liga Asobal --casi nada--, de Víctor Vigo, Javi García, Carlos Molina o Ruiz Casanova (jugador ya retirado). No obstante, las caras nuevas que han apuntalado a los que ya pensaban en naranja, han complementado un bloque capaz de guerrear del tercer puesto para abajo (el ecosistema natural del equipo en los últimos campeonatos).

Las llegadas de Alberto Val, un viejo conocido, o Ángel Pérez, uno de los anotadores más prolíficos el curso pasado, o Jorge Gómez bajo el marco han paliado en cierta medida la perdida de calidad del equipo. El siete titular de que dispondrá Mariano Ortega, un año más al mando de las tropas naranjas, puede garantizar estar a la altura de cualquiera de los equipos de la otra Liga, la que excluye, por razones obvias, a Barcelona, y a Naturhouse. El BM Aragón luchará por ser cola de león. No hay para más, en esa lucha por segundos honores, ya que el título sigue siendo quimérico en un campeonato venido a menos en competición y emoción.

Con los nombres más rimbombantes a un lado (los de siempre, Toño Cartón o Amadeo Sorli, el capitán), la plantilla se completa con apellidos zaragozanos. Gente de casa, jóvenes, algunos ya con carteles curtidos como Cristian Postigo. El primer escollo en el camino será un viejo archienemigo en el hábitat noble: el Granollers. Mañana, a las 20.15 horas, el Príncipe Felipe verá la llegada de un nuevo curso, uno más en competición continental, y el primero sin jugadores extranjeros. El show naranja debe continuar.