Álex Txikon abrió el pasado jueves el Congreso Internacional Cima 2015 en el Aula Magna del Paraninfo de la Facultad de Medicina. Ha sido uno de los reclamos más importantes de este evento que ha convertido a Zaragoza en capital mundial del montañismo. "Les ha fallado Killian Jornet en la inauguración y me convertí en el telonero", explica con ironía Txikon.

Llegó a Zaragoza con pantalón vaquero y camiseta en manga corta. Sonriente, simpático y con don de gentes, el vasco había regresado un día antes del Karakorum después de una brutal expedición de dos meses en la que intentó sin suerte ser el primer hombre en el mundo en subir el Nanga Parbat en invierno. Pero llegó a Zaragoza fresco como una lechuga como si hubiera subido un tresmil del Pirineo. "Sólo he perdido en la expedición tres kilos. Ayer volvió a Lemona y lo primero que hice fue meter en la lavadora dos bidones de ropa sucia de la expedición. Después me duché tras dos meses y me fui con mi compañera a San Sebastián. Madrugamos y en pocas horas estábamos en Zaragoza", explicaba Txikon.

Era la cuarta expedición invernal que realizaba al Karakorum. Pero el pasado 13 de marzo se quedó cerca de los 8.000 metros de una cima de 8.125 metros. "Tengo una sensación amarga porque estuvimos cerca de la cumbre. Íbamos tres compañeros y Ali, un pakistaní que había estado dos veces antes, se encontraba un poquito confuso y su vida corrió peligro de verdad. El día antes del ataque a cumbre tuvo los primeros síntomas de principio de edema cerebral. Estábamos a 45 grados bajo cero y nos fuimos para abajo. No seguí junto a Daniele Nardi para arriba porque sentí miedo".

Subir el Nanga Parbat era realmente un reto para alpinistas de tanto nivel. "Era todo hielo, íbamos sin arnés y con una herramienta en la mano. El grado de compromiso era altísimo y la dificultad técnica extrema. Un error y nos hubieramos ido abajo tresmil metros", recuerda.

El vasco ha subido diez ochomiles, repitiendo en el Shisha Pagma. Sólo le faltan por subir el Everest, el K-2, el Kangchenjunga y el Lotshe. Pero no piensa en la carrera de los 14 ochomiles. "No los voy a hacer. Hay otro tipo de ascensiones. Los han subido Oiarzabal, Alberto Iñurrategui, Edurne Pasabán y Carlos Pauner. Ahora vienen Ferrán Latorre con diez, a Óscar Cadiac le falta el Broad, a Carlos Soria le quedan dos...".

Carlos Soria

Carlos Soria intenta subir el Annapurna con 76 años. "Con su edad no quiero estar así en el monte. Cada cosa tiene su punto en la vida. Un día antes de morir Juanjo Garra en el 2013, pereció una japonesa de 60 años. Se le acabó el oxígeno y le abandonó su sherpa. Pero lo que hace Carlos con su edad es para quitarse la txapela. Estoy convencido que va a subir los 14 ochomiles".

La crisis también ha golpeado con dureza al País Vasco. "Desde hace dos años sobrevivo. Aunque diga la prensa que se ha acabado la crisis, no te lo crees. Ha afectado a que salga menos gente a montañas de ochomil metros. Faltan alpinistas como Manu Cordova, Jonatan Larrañaga y Jordi Corominas que hacen actividades brillantes. Es más duro sobrevivir en la civilización que en la montaña. Con un plato de arroz y un chapati vives allí. Aquí todo es muy complicado".

Para Txikon el gran reto invernal es el K-2. "Es un hueso duro de roer. Tengo datos de febrero del 2011 y había vientos de más de 250 kilómetros hora. Con esas condiciones sales volando. En el Nanga tuvimos 50 grados bajo cero y vientos superiores a 200 kilometros hora", concluye el vizcaíno.