Está visto que este no es el año Contador. No tuvo suerte en el Tour y no la está teniendo en la Vuelta. El ciclista fue el primero entre los grandes aspirantes en irse al suelo en la última curva, en la meta de la Puebla de Sanabria (Zamora) donde ayer acabó la séptima etapa de una ronda que lidera el colombiano Atapuma y que según las palabras del madrileño, "se me está complicando mucho".

El nuevo accidente de Contador llegó justo el día antes de afrontar tres llegadas en alto consecutivas: la Camperona, el Naranco y los Lagos de Covadonga. Eso sí, tiene heridas y cortes en su brazo, cadera y pierna izquierda pero no tiene ninguna fractura. Está en observación hasta la salida de hoy, donde se decidirá si sigue o no en carrera.

Pero, ¿qué hacía Contador situado en el territorio de los velocistas y no en una zona más segura? Es verdad que Valverde, tercero en la etapa detrás del ganador Van Genechten y de Bennati, también estaba allí, pero tiene experiencia ahí. "¡Bennati, volata!", fue el grito que escuchó Valverde, el que Contador le lanzó a su compañero italiano.

Contador lo ayudaba a colocarse para la victoria. Solo así se entiende que el madrileño no buscase un lugar más tranquilo sabiendo que si se cae a menos de 3 kilómetros para meta no ocurre nada y se le da el mismo tiempo que al ciclista mejor colocado en el grupo en el que iba, en este caso el ganador.