Jaime Cortés, el guardameta del San Juan que sufrió un fuerte golpe el pasado domingo en el partido de Primera Regional que su equipo disputaba en El Salvador, sigue inconsciente y con pronóstico grave en la UCI. Su evolución es lenta, aunque se le ha ido retirando paulatinamente la sedación y ayer respondió a algunos estímulos moviendo un brazo y los labios. No obstante, los médicos decidieron adormecerlo otra vez para evitar complicaciones y la esperanza es que su juventud y condición le ayude a tener una mejoría progresiva en las próximas horas.

Las noticias no son malas, sobre todo porque el escáner no muestra coágulos en el cerebro, pero se mantiene una gran preocupación en el entorno. Sus compañeros, que volvieron a entrenarse el lunes, están muy afectados por la circunstancia y buscan la fórmula de transmitir ánimos al guardameta.

La gran preocupación es que Jaime Cortés no ha recuperado el conocimiento desde que chocó su cabeza contra la de un rival el domingo por la mañana. Quedó inmediatamente inconsciente y estuvo tumbado 25 minutos sobre el césped antes de que llegaran las asistencias. Habrá que esperar a que despierte para conocer si le ha quedado alguna secuela, además del golpe que le supuso una fractura en el pómulo.