San Valero no fue ventolero. Tras varios días soplando el cierzo, la mañana amaneció perfecta para correr. Jornada soleada y una ligera brisa al pie de la Torre del Agua. Es ahí donde comenzaba la sexta edición de la Carrera del Roscón, una actividad deportiva y también social que crece como la espuma. Este año ha alcanzado su techo con 1.400 corredores en la línea de salida.

La zona de salida y llegada era una fiesta. Todos los voluntarios de Os Andarines d'Aragón, organizadores del evento, se movilizaron desde el punto de la mañana con su peto naranja en los distintos puntos del recorrido. María José Pueyo, doble campeona de España de maratón, no participó pero animó a varios atletas antes de afrontar los 10 kilómetros. Un grupo calentaba practicando zumba y otro de medio centenar seguía los consejos de Álvaro Lombardo, técnico de Running Zaragoza.

La mayor parte de los participantes eran de Zaragoza. Aunque se desplazaron de todo Aragón. Por ejemplo, el veterano Agustín Porqueras llegó desde Fraga. Terminó contento en hora y cuarto y después le dieron a él y a su familia el premio a los Méritos Deportivos.

Veinte minutos antes de la carrera Roberto Iglesias, el alma mater de la Quebrantahuesos, abrió el micrófono y saludó a toda la concurrencia. El zaragozano de Os Andarines demostró que tiene dotes de animador. A las once dio el pistoletazo de salida Javier Hernández, el presidente de la territorial, aunque antes Joaquín Pacheco partió con su sillita.

Sin estrellas

No corrieron las figuras del fondo aragonés. No había premios en metálico y todos ellos están embarcados en la temporada de cross y de pista cubierta. Casi todos los participantes eran atletas desconocidos, corredores cuyo fin es la diversión y el afán de superación.

Pero unos pocos se jugaron el triunfo, los tres que se jugaron el podio. El turolense Lázaro Vicente tiró de Daniel Galindo y Álvaro Lombardo. Este último iba con el cuchillo entre los dientes esperando su momento puesto que era el más rápido. Tiró cuando la carrera llegaba a la sombra de la Torre del Agua, a 200 metros de meta. Pero Lombardo sufrió un tirón es el sóleo y entró en la meta rodando. Vicente venció a Galindo y al infortunado Lombardo. En chicas ganó una clásica de las populares: Xandra Méndez sucedió a su compañera de entrenamiento Amaya Monge. Segunda fue Laura Sáez y tercera la veterana Carmen Asensio.

Tras el duro esfuerzo llegaba lo mejor. Todos se llevaron un roscón y una bolsa con un refresco, un yogur y tres mandarinas junto a una camiseta técnica. Un verdadero chollo. Y como remate, chocolate caliente, bizcocho, cerveza y la entrega de los trofeos. ¡Mejor imposible!