La intención firme del Zaragoza con Jorge Díaz es llegar a un acuerdo este verano para buscar una salida, en forma de cesión, aunque no se puede descartar una desvinculación definitiva, pero el extremo uruguayo confía en tener la oportunidad en pretemporada para hacerse un sitio después de un año, su primero como zaragocista, donde los problemas personales por la custodia de su hija han lastrado su rendimiento. En enero fue cedido al Numancia, donde sufrió una larga lesión en el gemelo.

"He vivido un año muy complicado en mi vida personal. Ha sido duro, porque no tengo una buena relación con mi expareja y para ver a Abril, a mi niña, tuvimos que ir a juicio. Tenía que cumplir un régimen de visitas sí o sí, solo podía verla en Tarragona los lunes y jueves durante una hora y un día en el fin de semana y lo tenía que cumplir de forma obligatoria", explica el futbolista, que reconoce que ese conflicto afectó a su rendimiento, porque "me impedía estar al 100% física y mentalmente, sobre todo en lo segundo, y no pude dar ni en el Zaragoza ni en el Numancia lo que yo sé que tengo. Ahora está todo arreglado, la podré ver en Tarragona cuando yo pueda o que mis padres vayan a buscarla y me la traigan".

En esa nueva realidad, mientras disfruta de sus vacaciones con su hija en Tarragona, el extremo espera poder empezar la pretemporada con el Zaragoza. "Ahora, quiero centrarme en el fútbol y a poder ser en el Zaragoza, donde tengo dos años más de contrato. Yo tengo esperanzas de hacer la pretemporada y sé que si empiezo con todos me voy a ganar un sitio. Confío mucho en mí. De momento, el club no me ha dicho nada sobre mi futuro, mi idea es volver el 12 de julio".

Lesión en Soria

El extremo, fichado con la carta de libertad del Albacete el verano pasado, ha pasado los últimos meses, desde finales de marzo, lesionado, lo que ya culminó una temporada negra para él, porque "fue bastante jodida la lesión en el gemelo interno. Y cuando empezaba a correr de nuevo me volví a romper. Me traté en la Quirón utilizando factores de crecimiento y ahora mismo estoy muy bien".

El futbolista estuvo muy pendiente del posible ascenso del Zaragoza y admite que lo vivido en Palamós "fue un golpe tremendo, nadie se esperaba algo así, pero no queda otra que olvidarse de eso y centrarse en la temporada que va a empezar. El Zaragoza no puede permitirse otro año en Segunda, sería algo imperdonable y los que estemos tendremos que dar el máximo para lograr subir a Primera".