Hay jugadores buenos, importantes e, incluso, imprescindibles. Y otros que, directamente, cambian un equipo y elevan su nivel competitivo. Esos son los más difíciles de encontrar y de conseguir, exigen un mayor esfuerzo al buscar y una parte de suerte para incorporarlos. A ese grupo de elegidos pertenece Gary Neal. Su llegada ha transformado al Tecnyconta Zaragoza, dándole una altura mayor, una perspectiva diferente. Es, además, ese jugador capaz de llenar los ojos del aficionado, de generar atención por sí mismo y, lo más importante, de ganar partidos.

Es imposible saber qué hubiera sido este equipo con el dibujo inicial, con la presencia del rookie Torian Graham en su primera experiencia profesional tras salir de la NCAA. Lo que sí se sabe es cómo es el Tecnyconta con Gary Neal, un equipo capaz de pelear y ganar por primera vez en su vida en el Buesa Arena. El escolta de Baltimore ofreció todo un recital frente al Baskonia. No solo por los 25 puntos que hizo sino por cómo se movió sobre la pista, cómo repartió juego entre sus compañeros, cómo asistió a los pívots, cómo generó espacios y situaciones productivas para su equipo casi continuamente.

Y es que esa apuesta inicial por Graham salió mal… por suerte para el Tecnyconta. Tras cortar al norteamericano antes de comenzar la Liga, el club tenía que incorporar otro escolta o alero para completar su plantilla. La lista de Salva Guardia se había reducido a dos nombres cuando, un movimiento entre agencias de representación de aquí y de allí, convirtió las opciones en una terna: Gary Neal estaba buscando equipo en Europa. El Tecnyconta le hizo una oferta de inmediato, antes que nadie, y el jugador la aceptó con la misma celeridad.

Llegó a Zaragoza tres días antes de comenzar la Liga y unos cinco kilos por encima de su peso. Así que lleva cuatro semanas completas de trabajo con el equipo y está terminando su pretemporada particular. Aún no está en su mejor momento físico pero sus números ya demuestran lo que es, un jugador de otro nivel. Un jugador capaz de tener un rol secundario pero importante en los Spurs de Duncan, Parker o Ginóbili, con una media de 10 puntos por partido. Un jugador capaz de meter 24 puntos en una final de la NBA.

Sus números ya son los mejores del Tecnyconta después de un año en el que apenas compitió en una decena de partidos tras una lesión de cadera. En Zaragoza ya es el que más juega, 29 minutos por partido, el que más anota, 14,8, y el mejor valorado, 12.3. Tan solo en una jornada, en Bilbao, se quedó por debajo de los diez puntos (9) y es casi tan buen asistente como los bases del equipo. Su influencia, por tanto, es total en el equipo desde el primer día.

Es una cuestión de calidad, indudable, pero también de voluntad. La ha tenido siempre Gary Neal, acostumbrado a entrenarse más tiempo del oficial o a sacrificar incluso su luna de miel para participar en la Liga de Verano de Las Vegas y fichar por los Spurs. Habrá que ver ahora cuál es el techo que quiere marcarse el propio jugador, que tiene aún margen de mejora amparado sobre todo por su trabajo de acondicionamiento físico. De momento ya es un jugador diferencial para el Tecnyconta y asombra en la Liga ACB, que ayer le dedicó un vídeo con su «exhibición» en el Buesa Arena mostrando todo el repertorio del que es capaz el estadounidense. El Tecnyconta tiene ahí un filón.