Tenía que llegar el día en el que Mikel Landa se sintiera como un alma libre en este Giro del que una moto policial lo apartó de la lucha por la general. Debía llegar la etapa en la que Tom Dumoulin se sintiera como un alma en pena, sabiendo sufrir, para entregar la maglia rosa a Nairo Quintana, que no es lo mismo que darle al colombiano la victoria final. La ronda italiana está abierta y queda una jornada de montaña, hoy, que puede ser tan intensa, como decisiva y emocionante.

Dumoulin pasó un mal día. «No me funcionaban las piernas», dijo en Italia. Quintana conquistó la maglia rosa por la que se apuntó a este Giro pero con varias preocupaciones: sus piernas no tienen la frescura de otras ocasiones, Dumoulin está tocado pero no hundido, y las diferencias que saca a Vincenzo Nibali (43 segundos) y a Thibaut Pinot (53) no son para confiarse y le obligan a atacar hoy porque de lo contrario sucumbirá mañana en la contrarreloj final donde es el más frágil del cuarteto.