A pocos días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016, Neymar está sufriendo unas críticas que comienzan a recordar peligrosamente a las que hace menos de un mes llevaron a Leo Messi a abandonar definitivamente la selección de Argentina. Muchos dudan de su compromiso con la seleçao y exigen que se le retire el brazalete de capitán.

"La gente puede criticarme por lo que pasa en el campo. Me gusta salir y divertirme. ¿Por qué no puedo salir de fiesta? No hay un porqué", dijo el jugador.

"Salgo porque sé cuál es mi deber al día siguiente y cuando juego siempre me entrego. Si usted tuviera mi edad y hubiera ganado la mitad de lo que he ganado yo, ¿qué haría? Esa es mi pregunta para usted", declaró visiblemente irritado Neymar durante la rueda de prensa del martes en las instalaciones de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Teresópolis.

La pregunta no pudo ser más malintencionada y así lo hizo saber Neymar al periodista que le interpeló, al que le dijo que veía venir "la mala fe de la pregunda". El futbolista también le dijo, con firmeza pero sin perder en ningún momento el temple y la compostura, que le mirase "a los ojos" mientras le hablaba.

La prensa del país no duda en alimentar la imagen del azulgrana como "un jugador de club", una visión muy extendida entre la torcida de la pentacampeona mundial, mientras que la ambigüedad del seleccionador olímpico, Rogério Micale, en torno a la capitanía del equipo no ha hecho más que alimentar las dudas. La eliminación de Brasil en el Mundial y en la Copa América ha creado un clima peligroso para el jugador azulgrana.